“El personaje me habita pero yo tengo que deshabitarlo. Esa entrada y salida de Jacinto es casi un ritual. Es entrar y salir de la isla San Lucas todas las noches”, asegura Pablo Morales sobre su papel protagónico en La isla de los hombres solos del Teatro Espressivo.
El actor conversó con Viva sobre la nueva temporada de la obra de teatro, la cual terminará el domingo 29 de enero.
¿Cómo ha madurado el papel de Jacinto desde el estreno?
Trabajar la ambigüedad, trabajar esa máscara, esa dualidad de cuándo es Jacinto hablando y cuándo es José León Sánchez, fue de las cosas más difíciles como actor. Un actor busca claridad, no ambigüedad.
”Conceptualmente fue un reto, creo que el director ( José Zayas ) lo sufrió conmigo ( risas ).
”Paramos dos meses y esa pausa le da tiempo a uno de procesar la obra desde otro lugar. Uno puede ver a la distancia, recordar lo que hizo. En mi caso particular, para esta temporada, sin decir que voy a presentar otro personaje, creo que voy a trabajar una cara del personaje que no trabajé de la misma forma.
”Esa dualidad de José León el escritor y el preso Jacinto yo lo entendía desde un lugar. Después de esta pausa la entiendo desde otro. Uno lee la novela, uno ve su trabajo y escucha la retroalimentación del público.
”Tuve que tomar una distancia porque es muy complejo el trabajo psicológico y emocional”.
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¿Lo ha permeado tener contacto con José León Sánchez?
Intencionalmente me distancié de José León durante todo el proceso de ensayos. No quería conocerlo. Lo investigué como figura pública. Lo conocí en una entrevista periodística, en su casa, tomando café.
Hemos tenido acercamientos posteriores al estreno y eso también ha alimentado mi entendimientos del personaje desde otro lugar. Vuelvo a lo mismo: no estamos haciendo una recreación de José León, no lo estamos imitando, no es una caricatura ni mucho menos. Pero ahora escucho a José León, sus entrevistas, sus entrevistas, lo veo caminar y entiendo mucho el texto.
”Un gran acierto de José Zayas y de Caridad Svich (guionista) fue leer a José León como persona, como figura pública y como artista. Lograron sacar de él rasgos de su personalidad y entendieron su historia con respecto a San Lucas desde un lugar distanciado. Eso está en el texto.
”Yo soy tico, estoy metido en el contexto, soy su compatriota, soy artista como él. También entré en un conflicto sobre qué estamos diciendo sobre José León. La gran respuesta del director es que no somos nosotros quienes tienen que responder, es el público. Por eso tenemos que generar un signo de pregunta sobre él.
”Más que desenmascarar el mito es ponerlo en la palestra para que la gente lo vuelva a visitar”.
¿Cuál es su visión de la historia?
Estamos visitando una época muy particular de Costa Rica. San Lucas era de las peores cárceles del planeta Tierra. Un lugar donde los derechos humanos no existían, los presos eran tratados como ganado. Mucha gente no sabe que eso es Costa Rica. Hay lugares oscuros en la historia de Costa Rica. El pura vida oculta una cantidad de mala que La isla de los hombres solos nos recuerda que eso también es Costa Rica.
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¿El montaje se benefició del contexto? El 2016 puso en evidencia las carencias del sistema penitenciario tico. La obra habla de un caso de hace medio siglo pero las “tumbas” de La Reforma se cerraron en setiembre.
Son de las coincidencias en las que la vida imita al arte o el arte imita a la vida. Los místicos dirán que son sincronismos que tienen que pasar. No sé si el éxito se debe a eso pero hay una coincidencia que es muy interesante: cómo el arte llega al mismo punto mientras el sector penitenciario discute lo mismo.
¿Cómo colabora esta propuesta a la discusión pública?
Yo de ese proceso extra teatral no he participado gran cosa, más allá de las funciones con colegios y la función en la cárcel. Me gustaría hacerlo pero no sé si lo pueda manejar, en este momento.
”Ha sido tan duro entender lo que le pasa a un preso que sentarme a hablar con una persona que está viviendo eso me partiría el corazón en más pedazos de lo que ya me lo partió hacer a Jacinto.
”Es el personaje más difícil que he hecho. Me ha conmovido profundamente cómo se puede llegar a tratar el ser humano, cómo se le puede restar todo rastro de dignidad. Es una mirada fea, oscura y muy violenta. Hablar con alguien en esa situación, no lo puedo manejar en este momento. En el futuro quizás lo haré”.
Cuando asumió el rol, ¿tomó en consideración que iba a estar tan vulnerable?
No. Yo sabía que iba a ser una obra compleja, larga y pesada. Pero los lugares a los que me llevó, yo no los veía venir. Cuando uno pone su material sensible a trabajar ahí es otra cosa.
Aparte de los diálogos, la obra es muy corporal. Exige una energía muy diferente del cuerpo.
Terminé en terapia con una lesión. Tal vez me sobre exigí. Es un problema técnico mío pero habla también del nivel de exigencia física. Es una maquinaria teatral y una vaina de trabajo corporal muy pesada, muy intensa. Impacta mucho a la gente.
”Es parte del éxito. La gente ve a la isla San Lucas. Ven a los personajes como un monstruo colectivo y crear ese monstruo no fue fácil. Fue un trabajo muy complejo, físicamente es exigente y, quizás, los compañeros que no hacen el protagónico lo tienen amaestrado. Pero, para mí, función tras función, es un reto siempre”.
En el 2015, participó en el montaje de El proceso , otro papel desgastante...
Estos dos años me han revolcado pero me han hecho crecer. Duramente. Aceleradamente. Siempre me han gustado los temas difíciles, siempre le he metido el dedo a la llaga. Soy medio masoquista ( risas ). Como actor, director, productor siempre le veo el lado oscuro a las cosas. Para mí el teatro es eso: ver la humanidad. La humanidad tiene dos caras, luz y sombra. Sé que después de La isla de los hombres solos necesito hacer una comedia porque ya está bueno. Necesito un descanso.
La isla de los hombres solos tiene funciones de viernes a domingo en el Teatro Espressivo, ubicado en Pinares de Curridabat. Las funciones de viernes y sábado son a las 8 p. m. y los domingos a las 6 p. m. La última función será el domingo 29 de enero. Las entradas tienen un costo de ¢10.00 general y ¢15.000 VIP. Puede comprarlas desde el sitio web boleteria.espressivo.cr/