Rosaura, la hija del mercader Pantalone, está enferma: hay quienes saben que tiene y no encuentran la solución; otros también conocen la causa de su enfermedad, pero los remedios son erróneos; aquellos que no aciertan las razones del padecimiento de Rosaura de todas formas dan recetas infalibles para curarla.
Pero, en realidad, ella no padece de enfermedad alguna. Bueno, tal vez sí: la del amor. Se encuentra profundamente enamorada del médico Anselmo de los Onesti, por eso finge estar enferma para procurarse las visitas del amado doctor.
Sin saberse sujeto de la pasión de la joven, Onesti sospecha que Rosaura tiene un mal ideado. Le receta agua del pozo como si fueran medicinas reales y le aconseja a Pantalone que la case como cura definitiva de su mal. Del diagnóstico del galeno parten una serie de enredos.
Esta es la trama de La enferma fingida de Carlo Goldoni, producción del grupo italiano a l´ Avogaría di Venezia para el Festival Internacional de las Artes 1996 (FIA 96).
El grupo nació como un "sueño" de su fundador, Giovanni Poli, un hombre de teatro cuya razón de vivir eran las tablas. A pesar de que él falleció en 1979, el espíritu del fundador sigue presente. En estos días es el único centro estable de producción teatral en Venecia; así como la única escuela continua para la labor de formar actores y técnicos.
La investigación forma parte de su quehacer. Así, esta pieza fue llevada a las tablas luego de diez años de investigación acerca de los conceptos del autor respecto del uso de la voz, la música, el gesto, el maquillaje y el movimiento.
Con la puesta en escena de La enferma fingida la agrupación participó -en 1993- de las celebraciones, en la región del Veneto, con motivo de los doscientos años del nacimiento de Goldoni, creador de la comedia realista italiana. Ese mismo año, de febrero a diciembre, representó la obra en el teatro propiedad del grupo.
El público de México, varias ciudades de Francia, Barcelona, Argentina son testigos de los padecimientos imaginarios de Rosaura; de la honestidad de Onesti (una pequeña sutileza); del doctor ávido de sangre fresca y del amable muñequito Lelio, observador de todo lo que ocurre desde su condición de pieza de porcelana frágil e inocente.
Con La Enferma Fingida le espera desde situaciones equívocas hasta momentos de franca diversión. Hoy en el Teatro Eugene O'Neill, del Centro Cultural Costarricense Norteamericano, a las 8 de la noche.