Don Quijote y machismo del tico son motivos para reír en el teatro

En el Teatro Skenê , en San Pedro, se presenta Memorias de don Quijote; mientras que en el Teatro Centenario, en Curridabat, Le canta la gallina busca la sana diversión del espectador.

¿Qué resta por decirse de don Quijote?, posiblemente nada. El reto está en cómo contar la historia de este personaje protagonista del clásico de la lengua española.

Por eso Amaral Sánchez , codirector de la obra del Skenê, apostó por ofrecerle al público un montaje en el que dos cómicos de la época son quienes cuentan la historia.

Padre (Diego Soto) e hijo (Carolina Arias), con una forma muy singular de ver el mundo y con un lenguaje muy popular le van contando al espectador los pasajes más importantes de la novela.

No se crea que el montaje no pasa de lo cómico, porque Memorias de don Quijote también busca dejar plasmado el carácter idealista de este caballero fuera de época. Para lograrlo recalca el deseo que tuvo el personaje por ayudar a los desconocidos y hacer el bien, por más peligrosa que pareciera la tarea.

“Es un espectáculo al que le tenemos mucho cariño, queremos que la gente lo vea y desmitificar eso de que la lectura del Quijote es algo tedioso”, aseguró Sánchez.

Gallinita cómica. Con el humor como mejor herramienta para transmitir un mensaje que puede incomodar a algunos, el Teatro Centenario puso desde ayer a reír al público con Le canta la gallina, dirigido por Edwin Cedeño.

Para hablar del machismo que aún es parte de muchos hogares, este sainete invierte los papeles. Pone a los machos del hogar en el papel de las mujeres y los expone a una serie de situaciones que usualmente son ellas quienes las viven.

Eso se traduce en una serie de situaciones cómicas cuando Mingo (William Bolaños) y Monchito (Guillermo Solano) se la pasan haciendo oficios domésticos mientras sueñan con ir a un partido eliminatorio de la selección de futbol.

Pero sus esposas se lo impedirán y, no contentas con eso, los tratan de una forma en la que solo los hace enterrar aún más sus sueños.

El director del montaje explicó que lo bueno del humor es que permite llevar a la gente cualquier mensaje, presentar de maneras directas reflexiones que van cargadas de realidad, pero que lejos de que algunos se molesten, los conduce a cuestionarse sus actos.

“Le canta la gallina es una caricatura de la sociedad costarricense, claro, con un lenguaje costarricense que genera situaciones donde la gente ríe, sin caer en la vulgaridad”, detalló Cedeño.

Con el paso de los años, desde su estreno en el 2004, la puesta se aprovecha de situaciones políticas y sociales del país para darle actualidad, como el plan fiscal.

El elenco lo completan las actrices Maricel Mora, Jéssica Díaz, Nicolle Naranjo y Laura Sáenz.