Para este 2017, la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica optó por rebautizar su tradicional programa Jóvenes Directoras. Con el título Jóvenes Dirigiendo, el espacio incorporó a los varones interesados en hacer sus primeras armas en el exigente campo de la dirección escénica.
La presente muestra ofreció dos espectáculos que expresaron diferentes inquietudes temáticas y estilísticas.
En la comedia 75 puñaladas , un detective de Scotland Yard investiga la extraña muerte de un colega. Al iniciar la indagación, se encuentra con el cuidador de la finca del difunto. A partir de múltiples revelaciones, los hombres llegarán a un inesperado desenlace. Carlos Villalobos aprovechó la destreza de sus actores como estrategia para sostener su puesta.
Una sólida caracterización de los personajes fue el logro más destacado del elenco y del proyecto, en su conjunto.
Al contrario del dinámico trabajo interpretativo, las otras capas del montaje no aportaron profundidad a su discurso global. Por ejemplo, el dispositivo escenográfico no pasó de ser una rígida y poco imaginativa solución para ambientar la trama.
La obra adoleció, en general, de ese espíritu innovador y arriesgado que reseñamos en todas las propuestas de las últimas dos ediciones del programa (2015 y 2016).
Se hizo evidente la distancia que hay entre dirigir actores y asumir la autoría de un espectáculo en la totalidad de sus ámbitos artísticos e ideológicos.
En La vida seria de las personas, la protagonista es Alma, la joven enfermera que se debate entre las solemnes exigencias de la adultez y el deseo de mantener viva la llama –casi infantil– de la felicidad. Alma es representada por tres actrices cuyos personajes ostentan una faceta severa y otra cómica. Colocarse o quitarse una sencilla nariz de clown les permite circular entre ambos registros.
Además, los dos tríos tienen su contraparte en formato audiovisual. La interacción de personajes en vivo y en video produce numerosos conflictos que atrapan el interés del público.
La transición entre los estados de seriedad y las gracejadas del clown hace que las actrices puedan exhibir una amplia paleta de recursos que van desde la contención hasta el humor físico, el mimo y la Impro.
Yael Salazar, Natalia Gutiérrez y Mar Jiménez utilizaron el contraste de temperamentos como su principal motor dramático. Apoyadas en un escenario intervenido por pocos objetos, jugaron a construir el delirante mundo interior de Alma, una enfermera multiplicada en el espejo de sus otros yoes.
La música y el diseño de luces generaron atmósferas congruentes para completar esta creativa radiografía vital.
Cierro esta crítica reconociendo el profesionalismo de los dos elencos, durante la función del viernes 17 de marzo.
Un estridente concierto, en las cercanías del Teatro Universitario, puso a prueba la concentración de actores y actrices. Fue innegable el aplomo mostrado por ellos al defender su trabajo a pesar del caos sonoro. Se nota –para dicha del gremio escénico– que la ética laboral es un valor bien asimilado en sus procesos formativos.
FICHA ARTÍSTICA
75 puñaladas
Dirección: Carlos Villalobos
Dramaturgia: Martin Giner
Actuación: Fernando Montero, Ether Porras
Escenografía: Carlos Villalobos
Vestuario: Malory Grillo
Iluminación: Allan Pérez
Producción: Mónica González, Arte Insomne
La vida seria de las personas
Dirección, dramaturgia y actuación: Yael Salazar, Natalia Gutiérrez y Mar Jiménez (Colectivo las 3 Hermanas)
Visuales: Ayerim Villanueva
Iluminación: Las 3 Hermanas, Allan Pérez
Diseño de utilería: Las 3 Hermanas, Mariela Richmond
Construcción de utilería: Julián Elizondo
Diseño de vestuario: Hanna Gómez
Confección de vestuario: Ana Quesada
Producción: Locomotora Producciones, Allan Pérez
Diseño gráfico: Noelia CruzEspacio: Teatro Universitario (UCR)
Fecha: 17 de marzo de 2017