Un nuevo hito se eleva hacia el cielo en el ultramoderno escenario urbano de la capital de Japón. En su cúspide, está la antena que llevará las transmisiones digitales en alta definición a todo el distrito metropolitano, así como también las emisiones radiofónicas.
Se trata de la Tokio Skytree (o “árbol del cielo”), que será oficialmente abierta al público este martes 22 de mayo.
Esta edificación reemplaza a la legendaria torre de Tokio, imitación de la torre Eiffel, que también se había hecho famosa porque en cada película o ‘animé’ de ciencia ficción era destruida o atacada por monstruos o robots.
El problema es que sus 333 metros se hicieron insuficientes para sobresalir entre los cada vez más altos rascacielos del área de Roppongi, donde está situada. Claro, todavía es impresionante la vista que ofrecen sus miradores, especialmente de noche.
Skytree, la nueva torre de Tokio, ofrecerá un espectáculo aún más sublime desde los 450 metros a los que está ubicado el mirador más alto, donde también funcionará un restaurante. La torre completa hasta la punta de la antena, alcanza los 634 metros, lo que la convierte en la estructura de acero autosustentada más alta del mundo y también en la torre de comunicaciones de mayor altura.
El honor de ser la estructura más alta del mundo le corresponde al edificio Burj Khalifa, en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Mide 807 metros.
La Skytree se localiza unos seis kilómetros al noreste del centro de Tokio, en el área de Sumida, próxima al río del mismo nombre.
El sector no fue elegido porque fuera un terreno más seguro que otro, sino simplemente por un concurso, explica Satoru Nagase, ingeniero estructural de la compañía Nikken Sekkei, responsable del diseño de la obra. “Hubo varios lugares candidatos para instalarla y se lanzó una competencia para elegir la mejor localización. Una de las razones por las que se escogió este sitio es que recibió el apoyo de la comunidad”.
En Nikken Sekkei destacan que la Skytree, que comenzó a construirse en el 2009, está diseñada para resistir grandes movimientos sísmicos y fuertes vientos. Ya pasó su prueba de fuego el 11 de marzo del año pasado. La obra gruesa estaba terminada y la estructura resistió sin problemas el tremendo terremoto que azotó al país.
Parte del secreto es su base, de estructura similar a un “trípode”, pero a los 350 metros de altura, la torre se hace cilíndrica para soportar vendavales y movimientos de gran intensidad gracias a un avanzado sistema de control de la vibración.
Los ingenieros de Nikken Sekkei aseguran que esta tecnología puede reducir el impacto de un sismo en un 40%. Se basa en las clásicas pagodas de cinco pisos del Japón tradicional, las cuales nunca se han caído en los temblores.
El complejo incluye un edificio de 31 pisos, de los cuales, los siete primeros corresponden a un ‘mall’, el Tokio Solomachi, que busca generar un nuevo polo de atracción comercial en la ciudad. El acceso está garantizado por una estación de metro y otra de tren.
Se espera que ese complejo comercial convoque anualmente a 3 millones de personas, un poco más que la actual torre de Tokio, que recibe 2,6 millones de visitantes cada año.