El aumento en la esperanza de vida, los últimos procedimientos estéticos y las nuevas tendencias sociales, han hecho que muchos hombres y mujeres de 40 años se sientan, se comporten y se vean como si tuvieran 30.
Sin embargo, aunque muchos de este grupo digan que están viviendo su “segunda adolescencia”, sus organismos sí comienzan a mostrar algunos cambios. No en vano, se bromea con “ la edad de los nunca”: “nunca me había sentido tan cansado”, “nunca me había dolido así el cuerpo”...
Varios profesionales explican cuáles son los padecimientos que suelen presentarse a partir de la cuarta década de vida y los cuidados que conviene tener. Antes, vale la pena recordar que la actitud mental, la alimentación, el ejercicio físico y los chequeos médicos periódicos, pueden hacer la diferencia.
La vista
Si apenas pasados los 40 años, la persona empieza a alejarse los textos de letra pequeña para lograr enfocar bien las letras, es muy probable que sufra de presbicia, un padecimiento oftalmológico muy común en este segmento etario.
Según la oftalmóloga Patricia Mora Lagos, de la Clínica Bíblica, esto se debe a un desajuste que se produce con el tiempo en el cristalino del ojo. La buena noticia es que la presbicia se corrige con anteojos, aunque estos deban cambiarse cada año porque el problema aumenta de forma gradual.
Otra enfermedad ocular que podría surgir a esta edad es el glaucoma de ángulo abierto, que no presenta síntomas y se detecta mediante un examen de rutina. Tal enfermedad consiste en el daño del nervio óptico por elevación de la presión intraocular y, si no se trata, puede provocar la pérdida de visión periférica e incluso causar ceguera.
Las cataratas (opacidad del cristalino) son usuales en los adultos mayores, pero pueden dar sus primeras señales alrededor de los 40 años.
Las mujeres –sobre todo por los cambios hormonales en la menopausia– también pueden quejarse de ojo seco o “sensación de arena” en los ojos, fotofobia y lagrimeo.
Una visita anual al oftalmólogo puede ayudarle a detectar y tratar estos padecimientos.
Sistema urinario
Problemas prostáticos como la prostatitis o inflamación aguda o crónica de la próstata, son los padecimientos urinarios más comunes entre hombres de esta edad, comentó la uróloga Andrea Guevara, del Hospital Cima San José.
Unos años más tarde, estos hombres también deben preocuparse por controlar la hiperplasia prostática benigna (crecimiento de la próstata) que, con el tiempo, podría generar obstrucción en el tracto de salida de la orina.
Con un control temprano de la próstata (por lo menos un chequeo anual) se pueden prevenir o tratar a tiempo estos males, así como el cáncer de próstata, explicó la especialista.
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Según ella, otras patologías urológicas frecuentes en los hombres de esta edad son los cálculos renales (conocidos como “piedras”) y la disfunción eréctil.
En las mujeres que sobrepasan los 40 años, son usuales las infecciones del tracto urinario (de vejiga o riñones), la incontinencia urinaria (salida involuntaria de gotitas de orina), los prolapsos genitourinarios (caída de los órganos pélvicos como vejiga, útero o recto) y la litiasis renal (o “piedras”).
Corazón
Cuando las mujeres llegan a su cuarta década de vida, deben estar conscientes que tendrán más predisposición a sufrir enfermedades relacionadas con el corazón. Por lo tanto, un chequeo anual de rutina es el principal consejo de la cardióloga Thelma Sánchez Grillo, del Hospital Cima San José, sobre todo si hay antecedentes familiares o factores de riesgo.
La especialista explicó que antes de la menopausia, los estrógenos tienen una función protectora en el corazón femenino, pero cuando estas hormonas comienzan a descender, las posibilidades de sufrir infartos u otras complicaciones se incrementan, incluso más que en los hombres.
Las estadísticas indican que las mujeres tienen mayor predisposición a sufrir diabetes y presión alta, factores que también elevan al doble o triple el riesgo de padecer del corazón.
Pero no solo las mujeres deben mantenerse atentas. Igualmente, los hombres deben procurar llevar estilos de vida saludables para cuidar el estado de su corazón.
Aparato reproductor femenino
Los controles ginecológicos también son fundamentales para las mujeres, no importa su edad. Sin embargo, a partir de los 40, algunos exámenes o chequeos cobran trascendencia para mantenerse vigilantes ante enfermedades como cáncer de mama, de cuello del útero y de ovarios, advierte el ginecoobstetra Rónald Salazar Mora.
Conviene que anualmente se practiquen un papanicolau, un ultrasonido del útero uterina y una mamografía.
Otros padecimientos a los que se les debe prestar atención son la miomatois uterina (núdulos en las paredes del útero), común entre mujeres de 30 a 40 años y tratable si se diagnostica a tiempo.
Un embarazo después de los 40 implica mayores riesgos y hace indispensable un estricto y permanente control médico.
Endocrinología
De acuerdo con el endocrinólogo Luis Jiménez Briceño, las enfermedades endocrinas pueden aparecer en el momento menos esperado, pero, a partir de los 40 años se debería evaluar con más cautela la función tiroidea, especialmente en mujeres, para descartar o dar tratamiento temprano al hipotiroidismo o a las fallas de la tiroides, que podría confundirse con otros síntomas como la menopausia, la fatiga, o la depresión.
El cáncer de tiroides, cuarto más común entre las mujeres costarricenses, también debe ser una preocupación. “Este tipo de tumor puede aparecer a cualquier edad, pero la mayor parte de los casos se concentra entre los 25 y los 40 años de edad”, detalló Jiménez.
En los hombres, también se ha comprobado que al acercarse a sus cuarentas, tienen un descenso en los niveles de testosterona, por lo que deberían evaluar su función testicular de forma periódica.
Otros padecimientos de tipo endocrino que deben ser atendidos son la diabetes tipo 2, más común en los adultos a partir de los 40 años, y los trastornos de lípidos (colesterol y triglicéridos elevados). En ambos casos, el estilo de vida sedentario que tienen muchas personas a esta edad, contribuye al incremento de casos.
Esqueleto
Está documentado que el envejecimiento óseo comienza a partir de los 40 años en la mujer y algo más tarde en el hombre. La osteoporosis es la enfermedad de los huesos más común en las personas mayores y supone un desequilibrio entre el proceso de formación y el proceso de reabsorción ósea.
Para tratar la enfermedad lo antes posible, los médicos recomiendan hacer ejercicios, no descuidar la ingesta de calcio y vitamina D, evitar el tabaco y, a manera de prevención, practicarse, entre los 35 y 40 años, la primera densitometría ósea por dexa (absorbimetría por rayos X de doble energía) de cadera y columna lumbar.
A los 40, también es usual que las personas se quejen más de dolores en la región cervical (básicamente en el cuello) y lumbar (parte baja de la espalda). De acuerdo con el libro La segunda adolescencia, de Deborah Legorreta, muchas de estas dolencias obedecen más a malas posturas, estrés y problemas antiguos no tratados, que propiamente a la edad.
Un dato curioso es que, después de los 40, está demostrado que el ser humano pierde alrededor de un centímetro de estatura por cada 10 años de vida.
Piel y cabello
Todas las personas presentan algunas arrugas en el rostro atribuidas a los movimientos de los músculos de la cara. Sin embargo, a partir de los 40, las que empiezan a evidenciarse son las “arrugas de reposo”, es decir, las que ocurren sin que medie ningún tipo de expresión facial, explicó el dermatólogo Rodrigo Martín. Obviamente, la genética, el color de piel, la exposición solar y el fumado favorecerán o no el surgimiento de las arrugas.
Con la edad, el crecimiento de las uñas también se hace más lento, las glándulas sebáceas comienzan a fallar y la piel se nota más seca. De igual manera, es normal que el cabello se torne más fino y que aparezcan las canas, acotó Martín.
Gusto
De acuerdo con estudios realizados por los Institutos de Investigación de Estados Unidos, el número de papilas gustativas disminuye conforme las personas envejecen, comenzando alrededor de los 40 y 50 años en las mujeres y entre los 50 y 60 en los hombres.
Asimismo, la boca comienza a producir cada vez menos saliva, lo cual causa resequedad, problemas de deglución, una digestión menos eficiente y más problemas dentales.
Peso
La falta de ejercicios y la alimentación inapropiada también hacen que hombres y mujeres, con el transcurrir de los años, ganen grasa y pierdan músculo, por lo que la capacidad de quemar calorías sufre una disminución, apunta la nutricionista Rebeca Hernández, quien asegura que esta situación puede evitarse si la gente cambia su estilo de vida.
“La clave para mantener el metabolismo en la tasa de quema de calorías de la juventud es conservar el músculo. Esto lo logra realizando ejercicio y consumiendo proteínas de calidad en todos los tiempos de comida”, recomendó la experta.