Cuando Carlos Lafuente visitaba algunas emisoras de sus colegas se percató de que los discos que dejaban de sonar en la programación regular eran desechados. Desde entonces, el empresario radiofónico compró dos copias de cada disco de moda, una para la cabina de su radio Rumbo y otra para el archivo.
La discoteca del cartaginés se convirtió en una colección única, y aquellas viejas grabaciones alimentarían el éxito inmediato de un proyecto futuro: la emisora Sinfonola.
Los inicios
“La gente siempre hablaba de que había música vieja y música nueva; yo siempre dije que eran tres: la del hijo, la del papá y la del abuelo”, cuenta Lafuente, cuya nueva emisora de música para los abuelos estremeció las tablas de sintonía a principios de este nuevo siglo. Hoy, tras un rediseño para hacer más rentable el proyecto, la emisora de Cartago sigue dueña del segundo lugar de sintonía.
Para entender el éxito de Sinfonola, primero hay que entender a su predecesora en el a. m.: radio Rumbo.
Aquella fue la emisora dueña de la frecuencia 525, y salió al aire en 1966. “Empezó con Eduardo Catalán Mena, como técnico y locutor, Víctor Monge Molina, como locutor, y yo como multiusos, haciendo cabina, redactando anuncios, administrando, barriendo, cobrando, ‘cogiendo’ goteras, musicalizando, chorreando café y lo que fuera”, recuerda Lafuente.
Aquel proyecto alcanzaría los primeros lugares de la lista, hasta que las emisoras del a. m. empezaron a decaer en los años 80.
Entonces llegó el momento de replantear un proyecto para el f. m., y desde cero. Entonces fue cuando la discoteca de Carlos Lafuente reviviría en las ondas de radio, pero se tardaron cinco años en encontrar la fórmula correcta de programación. La emisora nació en el 2002.
“Fue un éxito radial, pero un fracaso económico. Los compradores (de publicidad) de radio, todos muy jóvenes, nunca la consideraron en sus presupuestos. Al final del cuento y a pesar de encabezar las encuestas, por más de cinco años, se tuvo que modificar antes de que los acreedores nos dieran el ‘matarile’”, dice el empresario.
En el 2008, la emisora cambió su programación. Siempre toca música del recuerdo, pero más dirigida al papá que al abuelo.