Revista Dominical

Tinta fresca: "Reaprender la vida", por Jacques Sagot

"Prométanse, hoy, a manera de propedéutica vital, deslumbrarse ante algo –puede ser la cosa más discreta del mundo. Con ello estarán renaciendo".

EscucharEscuchar

Mi amiga se repone de un serio accidente vascular. A los 51 años, tendrá que reaprender la vida. A hablar, comer, caminar, leer, contar, los nombres de los colores, los animales y las partes del cuerpo. Como todo en la vida, su actual circunstancia puede ser vista de dos maneras. Una absoluta tragedia, o una oportunidad de crecimiento, una bendición, un desafío, una prueba. Pronto será capaz de decir el nombre de su esposo: Memo, apenas una variante de Mamá. El más elemental bisílabo. Y yo me pregunto, ¿no es bello, renacer, a los 51 años? Ya no dará caminatas de 20 kilómetros, pero esos diez pasitos que dé, serán valorados de manera diferente. Justipreciados como lo que son: un verdadero milagro. Cada uno de ellos, un prodigio. Ya no comerá como un emperador romano, pero cada bocado será redimensionado, cada aroma, sabor, textura, descubierta como experiencia virgen, inédita.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.