En 1959, el mundo del jazz se dividió en dos bandos: uno que consideraba a Ornette Coleman un charlatán o un loco, y otro que lo creía un genio.
The Shape of Jazz to Come ("La forma del jazz que vendrá") no rompía moldes; más bien, parecía creer que no existían.
Como ocurre con toda revolución artística, al escuchar el álbum hoy, parece que el escándalo fue excesivo, pues la música es hermosa por sí sola; es una lección de libertad.
El saxofonista definió desde entonces la pauta del jazz de vanguardia, que en los años 60 crecería en alcance e influencia. Volátil en temperamento y dúctil en sus intereses, de habla compleja y un discurso artístico de profundas raíces teóricas, Coleman creó una música rica y estimulante.
Discos como Free Jazz (1960) y Change of the Century (1960) cimentaron su reputación de explorador. Nació en Fort Worth, Texas, en 1930, y tuvo su primer saxofón a los 14 años.
Sin embargo, su familia no tenía dinero para pagarle lecciones de música. "Pensé que la música era simplemente algo que los seres humanos hacían naturalmente, como comer. Pensé que era un juguete y jugué con él", contó.
No había época más fértil que los agitados 60 para alguien como Coleman, quien se mantuvo activo hasta sus 85 años.
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