María Alejandra Castro se sueña con la gabacha de médico, pasando visita a los pacientes en un hospital.
Y Juan José González, su compañero del colegio María Inmaculada, en Moravia, está decidido a convertirse en ingeniero en mecatrónica. Hasta se ve manejando robots sofisticados –¡por qué no!– en uno de los módulos de la Estación Espacial Internacional.
Junto a Valeria Rodríguez –futura especialista en algún área de la salud o las Ciencias Sociales–, forman parte de un grupo de alumnos de quinto año que está a las puertas de ingresar a la
Mas para saber dónde estudiarán, deben enfrentar primero la prueba de admisión o de aptitud académica que aplican las universidades públicas: Universidad de Costa Rica (UCR), Universidad Nacional (UNA) e Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC).
La carga psicológica que implica esa prueba es grande para los miles de aspirantes. Se calcula que casi 50.000 competirán por uno de los escasos cupos disponibles, de manera que la competencia y la presión son inevitables.
“El examen es increíblemente importante. Será definitivo en mi futuro”, opinó María Alejandra. “En eso pienso todos los días”, admitió Juan José, mientras los ojos hablaron por Valeria con un tinte de susto.
Ya se han soñado haciendo el examen, que se ha convertido para estos adolescentes de 17 años, en un reto más importante que las mismas pruebas de bachillerato del Ministerio de Educación Pública (MEP).
Lo que los muchachos llaman “el examen de la
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Para las primeras dos universidades, las fechas de examen en el 2012 son: 1.º, 22 y 29 de setiembre; y 21 y 24 de octubre para casos especiales, informó el director del departamento de Registro de la UNA, Marvin Sánchez Hernández. Las fechas ordinarias para el TEC serán el 11 y el 18 de agosto, y las extraordinarias, el 7 y el 29 de setiembre. Este año, como novedad, el TEC aumentó a tres horas el tiempo para realizar el examen, que pasó de 75 a 80 preguntas: 50 ítemes de razonamiento matemático y 30 de razonamiento verbal.
Los aspirantes deben tener claro que esta prueba de admisión no es un examen de conocimiento memorístico, sino una prueba de razonamiento general que mide las habilidades básicas de cualquier persona que desee ir a la universidad.
Por ejemplo, deben ser capaces de extraer la idea principal y las secundarias de un texto, y poder obtener el resultado de un problema matemático básico. No se les preguntará por la raíz cuadrada de un número infinitesimal, porque no. Menos, por los períodos de la era prehistórica.
Esto es lo primero que aclara Karol Jiménez Alfaro, coordinadora académica del Programa Permanente Prueba de Aptitud Académica, de la UCR.
Es en esa unidad donde un grupo interdisciplinario elabora cuidadosamente cada una de las 85 preguntas del examen de la UCR y la UNA. Esas interrogantes están divididas en dos bloques: las relacionadas con razonamiento numérico, y las vinculadas con razonamiento verbal.
Desde la semana pasada, los estudiantes inscritos en las pruebas tienen en su poder un folleto con un modelo del examen, el cual les ayudará a familiarizarse con los ítemes.
Pueden encontrar otros ejemplos en la página de la UCR, en la dirección electrónica www.paa.iip.ucr.ac.cr
En la UCR, el 50% del promedio de admisión está formado por el promedio de las calificaciones obtenidas en décimo y undécimo año; estas son las que se toman en cuenta para el cálculo de la llamada “nota de presentación”. La otra mitad es la calificación que el estudiante logre en la prueba escrita.
En la UNA y el TEC ese porcentaje de presentación se reduce a un 40%, y se le da un peso del 60% a la evaluación escrita. En el caso de la UNA, se tiene un sistema de estratificación y tipificación, donde también se entra a considerar variables como el nivel de pobreza del estudiante y la zona de donde viene.
Karol Jiménez le recuerda a los muchachos que el promedio de admisión solo representa la posición que va a tener el aspirante en el grupo en que se inscribió y realizó la prueba este año. Por eso, fijarse en los “cortes” para ingreso a carrera de períodos anteriores no tiene mucho sentido, pues para el 2013 esos datos ya no valen.
A los tres muchachos de esta nota y a los miles más que se preparan para dar el salto a la