“¿Es ella más que yo?, ella Cuéntame qué te da que no te doy, ella...”
Comienza a cantar de forma tímida, con cara de perdida, permanece estática, como si sus pies estuviesen pegados al suelo con poxilina; pero, a medida que avanzan las notas, sus hombros empiezan a moverse con cierto ritmo.
“Siempre con tus disculpasQue no disculpan nadaCon esa mueca absurdaFlotando por tu cara...”
Poco a poco se va soltando, adquiere un porte
“Quítate la careta, sincérate¿Con quién sueñas amor?”
Ya se echó al público a la bolsa, la gente grita y chifla encantada al ver la calidad de cantante aficionada que tiene enfrente.
“¿Quién me roba el calor de tus labios amor?Aunque llore, contéstame...”
Termina, al tiempo que suena al unísono un explosivo aplauso y dice “gracias” de forma humilde, escondiendo la prepotencia innata de toda estrella, esa superioridad que destilan los artistas cuando creen haber dado un espectáculo de primer nivel.
Para Hazel Sevilla, cantar es su amor eterno , aunque lo haga en un
Hazel es tan solo una de las muchas cantantes que buscan adrenalina en el escenario de Gramis Karaoke, uno de los lugares más populares de Costa Rica donde le ceden el micrófono a cantantes
“No es cualquiera el que se anima a tomar el micrófono aquí”, dice, al tiempo que destaca que hay clientes que asisten al sitio solo para disfrutar de las buenas voces que abundan allí.
Gramis, así como cualquier otro bar, vende cerveza, bocas y guaro, pero en el momento de la cantada, todo eso se congela y al que tiene el micrófono en la mano todos los miran y miran y miran...
Este bar
Los fines de semana abren a las 7 p. m., y cierran a las 6 a. m., gracias a una patente turística. Entre sábado y domingo, asisten unas 400 personas, según precisa el mesero Manuel Cruz, el empleado más viejo del local.
Las tácticas de guerra para cantar en Gramis son simples: perder el miedo y hacerlo en la tarima, pues está prohibido pasarse el micrófono de mesa en mesa, como se acostumbra en otros
Aunque Hazel aún tiene fe de sacar un disco, ser escuchada en la radio y así ganar su primer millón , hay otros que aceptan su suerte y reconocen que solo tendrán fama en los
Es el caso de
Su voz suena como la de Humberto Vargas: armoniosa y melódica. Para él, cantar es una forma de desestresarse y de coquetear con sueños que no se cumplieron. Asiste al
Aunque Flores es reconocido, la mayor luminaria del lugar es el abogado y notario Francisco Salinas. Tiene 38 años, pero aparenta diez menos, su
Él es el rey de Gramis.Fue la voz líder de un grupo profesional llamado Unidos, quienes lo “descubrieron” en un
Los locales de
La oscuridad de este lugar, ubicado en la parada de los buses Caribeños, en San José, sirve para esconder secretos de amor o buscar una pareja ideal . Las baladas y rancheras, típicas de cualquier
Imágenes del rey del
Tres amigos en una mesa preparan sus gargantas con ron y cerveza para echarse al ruedo. “Siempre es bueno mandarse algo antes, para armarse de valor”, dice Humberto Castro. Los otros dos, Jaime Urbina y Alfonso Fernández, coinciden con él, pero destacan que el licor no es indispensable.
“Yo me olvido de que la gente está y canto; espero al menos no desafinar. Lo bueno de esto es que si uno está
Este trío de solteros frecuenta
“Siempre sale algo, de todo nos sale”, detalla Alfonso, quien reconoce que su soltería les permite disfrutar más del ambiente, pues no tienen mayores responsabilidades familiares.
La ventaja en Elvis es que allí se puede cantar desde las mesas, por lo cual el miedo escénico es menor. Este emblemático bar para los fiebres del
Ser el alma de la fiesta es otro de los encantos del micrófono
A este local acuden, en su mayoría, estudiantes de esa casa de enseñanza, y de otros centros académicos, despreocupados, en ese momento, por qué van a ser cuando sean grandes .
La gracia de 88 es poder cantar en grupo y a todo pulmón , abrazados en el escenario, cada quien en un tono y un timbre distintos y, casi siempre, con algunos tragos de más.
“Si te das cuenta, el lugar no es bonito, pero tiene algo que es como mágico. Uno la pasa tan bien que siempre regresa”, afirma una flaca de cabello rubio platino , quien prefirió guardarse su nombre.
Estos son solo tres sitios que reflejan, cada cual a su manera, el gusto que le han encontrado los ticos al
La medicina para la fiebre, en este caso, es sucumbir ante ella, lanzarse a pista y cantar y cantar... bailar y bailar . Micrófono en mano, a los aficionados del canto les pueden dar las 10, las 11, las 12 , y la 1 y las 2 y las 3, hasta que amanezca por fin .