Hace 14 días, el primer local de Hola Cupcakes abrió sus puertas en Alajuela, 150 metros al norte de la Catedral.
La limpieza de lo recién estrenado salta a la vista, pero la mirada se dirige primero hacia los pequeños queques (si se les puede llamar así) que están en la urna de vidrio.
Son cupcakes , unos de chocolate con Nutella, otros con sabor a cheesecake y algunos salados: de cebolla con hongos, de espinacas o queso... Estas son las más recientes invenciones de un negocio que dio sus primeros pasos en octubre del 2010.
Este local es la cereza en el pastel de una idea que empezó a desarrollarse cuando la joven Daniela Zúñiga Saborío le regaló a su tía, Edalía Saborío, un libro traído de Estados Unidos titulado Hello Cupcake .
El gusanito de la creatividad y la espinita del entusiasmo sobrepasaron las recomendaciones de aquellas páginas hasta que las primeras creaciones cobraron vida en la cocina de la casa de la tía. Tiempo después, se habían expandido al comedor, el corredor y hasta la sala de aquella casa en La Ceiba de Alajuela, que cada semana se inundaba de cupcakes de diferentes colores y figuras.
“Yo crecí viendo a mi tía haciendo queques y siempre me ha encantado estar en la cocina. Cuando tenía 10 años, hacía el almuerzo en mi casa cuando sabía que mi mamá iba a llegar cansada del trabajo”, relata Daniela, quien actualmente tiene 26.
Cuando la alajuelense era una niña, hacía queques de barro y los decoraba con flores del jardín de la abuela, sin saber que algún día su instinto la conduciría hasta la repostería.
Ahora, si es que hace flores para un cupcake , son a base de “empastillaje” de azúcar, pasta australiana o lustre. También hace figuras de superhéroes, animales, carros y personas de “carne y hueso” comestibles, y las pone sobre un queque o un cupcake tamaño estándar o uno gigante, para 12 personas.
“Hemos hecho de todo lo que nos han pedido. Muchos niños piden diseños según lo que esté de moda en televisión, pero el 90% de nuestros clientes son mujeres; es raro, porque cuando un hombre le regala cupcakes a su novia puede estar seguro de que se va a sacar un 100”, comenta entre risas.
Iniciativa exitosa
Los primeros cupcakes decorados que salieron de la cocina de la tía Edalía, llegaron a manos de los compañeros de universidad de Daniela, quien está cerca de terminar la carrera de Psicología en la Universidad de Costa Rica.
El rico sabor y los llamativos diseños de las pruebas se convirtieron en comidilla en aquellas aulas y el boca a boca sirvió para que le salieran más clientes a la naciente empresa.
Poco a poco, los encargos se multiplicaron hasta recibir pedidos de hasta 800 cupcakes para fiestas de empresas, o de 600 quequitos decorados con figuras en 3D.
“Esa vez duramos ocho horas solo armando las cajitas para meter los cupcakes , otros días pasábamos diseñando, cocinando y decorando hasta las 2 a. m.”.
Hola Cupcakes recibió 100 pedidos solo para el pasado día de San Valentín, una fecha muy movida en este negocio. Por la necesidad de sumar manos, fue necesario contratar a Yerling Cabezas y Xinia Álvarez, quienes hoy son dos de las cuatro empleadas que trabajan en cocina, y una más atiende a la clientela.
Actualmente, Daniela se encarga de elaborar los diseños para los cupcakes y responder todos los correos y llamadas de los clientes. Su tía lleva las cuentas y hace las compras de materiales.
El excelente momento que vive esta microempresa obligó a la joven a suspender estudios por un semestre, pero sus planes son terminar la carrera sin dejar de lado los cupcakes . “Voy a graduarme, pero no pensando en hacerlo por si mi trabajo no funciona: En mi cabeza, eso no es una posibilidad. Si queremos salir adelante, tenemos que creer en nuestro negocio.
”Algunos no creen que uno puede hacer de esto un trabajo serio y lo siguen viendo solo como un pasatiempo. Sin embargo, nos ha motivado la buena respuesta que hemos tenido de los clientes”, asegura Daniela.
Actualmente, Hola Cupcakes elabora en promedio 1.200 productos por semana, entre cupcakes y queques para encargos y para servir en su nuevo local.