Corredoras en el Chirripó

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Una vez, Marta Cordero fue a acompañar a un amigo que competiría en la carrera anual al cerro Chirripó. Ya se sabe: el apoyo moral es un combustible que nunca sobra para la prueba a campo traviesa más retadora que se corre en el país. Marta se vio frente a la línea de salida y tenía el camino por delante. Ella, quien para entonces ya era una corredora asidua, escuchó un reto de la montaña que le fue imposible rechazar. La mujer que solo iba como espectadora terminó con un número en el pecho, corriendo los 34 extenuantes kilómetros.








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