Sí, triste, con agujeros de proyectiles, con niños encerrados y de rostros apagados, y con la ciudad de Sarajevo devastada al fondo del pesebre. Así es el portal que este año presenta el Teatro Nacional.
La razón: "Recordar a los niños que sufren, en especial a los afectados por la guerra de Bosnia, pero también a nuestros niños con dengue, a los enfermos de la fiebre maldita, a los mutilados por minas en las guerras de Centroamérica", según las palabras de doña Graciela Moreno, directora del Teatro.
El portal, que fue inaugurado ayer a las 6 p.m., tuvo como protagonista --al igual que otros años-- la obra Retablo de Navidad del grupo Cantares, que estuvo acompañado por los bailes folclóricos del colectivo Barbac.
Ante la presencia de un numeroso grupo de personas, muchos de ellos turistas, emergió un pesebre poco ortoxo que más bien parecía una casa de estilo europeo con las paredes agujereadas por impactos de balas.
La imagen de San José, la Virgen María y el Niño es lo único que hace recordar aquel nacimiento histórico por el que se celebra la Navidad.
Dionisio Echeverría, director del Festival Nacional de Artes --adscrito al Teatro-- explicó que, a partir del lunes, 11 de diciembre, empezará la semana de coros, en la que diferentes agrupaciones cantarán villancicos y otras composiciones para todo el público.
El diseño del portal estuvo a cargo del Departamento de Proyectos Especiales del Teatro Nacional y fue dirigido por el arquitecto Wílliam Monge. Las pinturas son obra del artista Raúl Aguilar.