Desde Jacó, en bus y con mucho trabajo pendiente llegó ayer al Palacio de los Deportes Luis Alonso Villalobos, miembro del club de fans de Alejandra Guzmán desde hace 20 años.
Entre los integrantes de esa agrupación que asistieron al concierto, él es quien más lejos vive. Al mediodía salió de la oficina y arribó a Heredia a las 4 p. m. para encontrarse con los demás seguidores de la cantante.
“Por compromisos laborales, hace un mes no sabía si iba a venir, pero hice el esfuerzo y pude”, dijo.
Identificado con una camiseta de Alejandra Guzmán, esperaba encontrarse una artista mucho más madura que la que vio hace una década en el centro de eventos Pedregal, sobre todo porque ella estuvo al borde de la muerte tras un procedimiento estético.
Aunque creyó que disfrutaría de un espectáculo similar al de aquel entonces, cuando hubo hasta motocicletas sobre el escenario, el tamaño de esta nueva tarima fue la primera diferencia que halló. Con algo de resignación, terminó por aceptar que la mexicana llegó esta vez con un concepto distinto.
Para Villalobos, los temas infaltables en esta velada serían Rosas rojas, Hay un diablo en mí, Mala hierba y Mi peor error . De esa lista, solo el primero quedó excluido en el repertorio de Guzmán.
Ayer por la noche, tuvo que pedir posada en la capital y hoy partió en el primer bus de regreso a Jacó, pues debía volver a su trabajo para retomar los pendientes que dejó para cantar en vivo junto a su artista preferida.
¿Que si vale la pena regresar así de exhausto? Sin duda alguna.