No había más tiempo que perder porque ya se había perdido suficiente, así que apenas el uruguayo Jorge Drexler salió al escenario, el domingo, el público se le entregó.
Casi dos horas después de lo pactado, el intérprete apareció en la tarima del Club 212, en San Joaquín de Flores, en Heredia, para cantar sus composiciones, pero también para escucharlas.
Un gran coro formado por varios centenares de sus seguidores en el país se encargó de dejarle claro que se sabían, sin exagerar, cada una de sus canciones, desde las más nuevas hasta sus éxitos.
A tal punto que el propio músico se mostró sorprendido del gran manejo de su repertorio y no lo ocultó con su sincera sonrisa.
El concierto empezó a las 9:50 p. m., con un repaso de algunos de las piezas que conforman su más reciente álbum, llamado
La comunicación entre el artista y su animado público fue intensa y directa desde el comienzo. Como si fuera el director de un gran ensamble, Drexler hizo lo que quiso con los asistentes.
Los puso a cantar, les pidió que no cantaran en dos temas para que sus músicos no se perdieran, les dijo que encendieran las luces de sus teléfonos y hasta les solicitó que subieran los videos de su concierto a Internet. No había nadie que se le negara.
Sin embargo, como él mismo canta en
Los ticos empezaron a gritar nombres de algunas de sus canciones con la esperanza de que él los escuchara y los complaciera al instante. Fue así como sonaron temas
“Esta parte, por lo general, no es tan extensa, pero hoy me siento motivado”, afirmó y se dispuso a recibir más solicitudes, de las que fueron elegidas
El repertorio continuó y los músicos volvieron al escenario para acompañarlo en canciones como
Pronto el público lo hizo volver con sus gritos de “otra, otra” y regresó con la melancólica
Junto a su banda cantó, con la letra a la vista, el tema
Cerró, como lo ha hecho en el resto de la gira con