Durante dos horas, Alejandro Filio y sus seguidores en el país se entregaron en una pasión musical intensa: él ofreció su música y sus fans respondieron con piropos y cantando a todo pulmón sus letras.
El concierto del cantautor mexicano, el martes en el Teatro Melico Salazar, comenzó tarde. No obstante, eso a nadie pareció importarle; lo principal era verlo, escucharlo y revivir esas canciones que se llevan encarnadas en el alma.
A las 8:17 p. m., la luz de la sala se apagó, las parejas se abrazaron un poco más y sobre el escenario apareció el cantautor nacional Miguel Cabrera; él tuvo la responsabilidad de dar comienzo al concierto.
Cabrera ofreció temas conocidos, como
El público, conformado principalmente por parejas, fue generoso con el músico invitado y agradeció su participación con sus aplausos.
Tras la salida de Cabrera, los asistentes esperaron 10 minutos. Fue a las 8:47 p. m. cuando el telón del Melico Salazar se abrió y, en ese instante, comenzó una apasionada noche entre el artista y su público.
El cantor –acompañado con su guitarra– ocupaba una silla sobre el escenario; a un lado, sobre un atril, las letras de sus canciones.
También tenía a mano una gaseosa de dieta, probablemente para aplacar la sed, ya que se sintió mucho calor en el lugar.
De inmediato, comenzó a interpretar
Acto seguido comenzaron a sonar los acordes de
En su recital, Alejandro Gómez (nombre real de Alejandro Filio) demostró que es un conocedor del oficio del cantor, un guitarrista hábil que hace de su instrumento una extensión de su cuerpo, pero, sobre todo, un buen conversador.
Entre canción y canción, el mexicano compartió anécdotas. Por ejemplo, recordó la primera vez que vino al país por invitación de Humberto Vargas; agradeció la oportunidad de compartir escenario con Cabrera y hasta felicitó al Cuarteto de Guitarras de Costa Rica, ensamble que tenía un recital esa misma noche, en otra sala.
Con el paso de los minutos, llegaron más de esas canciones que el público ama, lo cual fue muy evidente por la reacción de la gente cuando cantó
Filio también le dio oportunidad al público de hacer sus peticiones; de inmediato y de todas partes del lugar se escucharon nombres de canciones como
Con gran intensidad, el público aplaudió las canciones del trovador. También rieron una broma que hizo con referencia al cantante Ricardo Arjona y sus dotes de compositor de canciones.
El autor de
La noche se hizo corta para tanta música. Finalmente, a las 10:50 p. m., el trovador se despidió; el público quería más, pero era la hora de partir, no sin antes entregarle un último y sentido aplauso por la noche que Filio obsequió.