18-11-11 Estadio Nacional. San Jos. Ultimo concierto del grupo nacional Malpas. Backstage Foto: Luis Navarro (Luis Navarro)
Nunca la ausencia estuvo tan presente como ayer. Por primera vez en 11 años, no estaba ahí el único que no podía faltar: Fidel Gamboa.
El concierto en tributo a su abundante obra musical, con Malpaís y sin Malpaís, era también el concierto de la despedida. No podía seguir más el grupo sin quien era su corazón y su voz, y así como vital fue en carne en hueso, vital fue ayer Fidel. Su nombre estuvo presente ayer, y a toda hora.
Este fue el antecedente usado cuando, al filo de las 11:30 a. m., Jaime Gamboa, hermano, cómplice en las escrituras de las canciones de Fidel y bajista de Malpaís, era presentado con Bart Durbin,
Abrazos iban y venían desde que, poco a poco, y a las 10 a. m., empezaban a llegar los miembros de Malpaís al Estadio Nacional. Se abrazaban entre ellos, se abrazaban con allegados y conocidos. Eran abrazos largos.
“Qué bonito que arreglaron esto”, le decía Iván Rodríguez a Jaime Gamboa, mientras ambos miraban a todo su ancho el camerino. “¿Cómo Fidel se está perdiendo esto?”, dijo Iván Rodríguez. Él y Jaime se miraron fijamente.
“¡Qué locura! Íbamos a hacer un concierto con la (Orquesta) Filarmónica justo aquí (Estadio Nacional) para el 2012”, recordaba Jaime. “De alguna manera se adelantó, ¿verdad?”, recordaba el bajista.
Antes de entrar en aquel paseo por los planes que había y que no se darán ya con Fidel, Jaime y Daniela Rodríguez preparaban sus cuerpos para cantar en la noche.
Si el concierto de ayer era importante, cerca de 30.000 entradas vendidas, la cita era un reto mayor para Jaime: iba a cantar esa noche.
“Siempre hemos cantando pero no en esta forma. Cantar las canciones que hacía Fidel es...”, no terminó la frase; solo respiró como tragándose una bocanada.
Jaime, Daniela y también Iván Rodríguez, quien cantaría anoche, fueron acuerpados en eso de preparar el cuerpo (diafragma, bronquios, músculos y más) por Gourguen Mkctytchian.
Poco a poco, iban llegando los
Un abrazo de alguien conocida la envolvió cuando ellos, junto a Sonsax y Edín Solís, probaban
Malpaís comenzó su prueba a pleno sol, y para cuando se iba haciendo más tarde, a las 3:03 p. m., y aún estaban en tarima, el cielo empezaba a oscurecerse. Parecía que había amenaza de lluvia, pero aquello no se cumplió a esa hora.
Tras la prueba, un café en el camerino y la conversación habitual antes de un concierto: qué parte hará quien. Eso pasa así, en el primer o en el último concierto.