El lenguaje musical, compuesto por sonidos y armonías vivas, es un puente capaz de trascender idiomas y de unir culturas.
Un ejemplo son los destacados músicos coreanos del quinteto Aulos, que se presenta este fin de semana en el país, como parte del Festival de Música Credomatic.
Cada uno de los integrantes de Aulos ha cosechado abundantes méritos y distinciones: Han Jieun fue seleccionada entre los diez mejores flautistas de Corea entre el 2006 y el 2007; Yim Junghee toca el Oboe en importantes orquestas de su país; Kim Hyeongchan, quien toda el fagot, realizó estudios en Austria; Shin Joohee interpreta el corno y ha estudiado en los Estados Unidos, al igual que Yi Chang Su, líder del agrupación. Este último conversó con Viva sobre su experiencia en Costa Rica y la música de cámara en Corea.
Los miembros de Aulos tienen un origen muy diverso y han estudiando en diversos países. ¿Cuál fue el punto de encuentro para crear a la agrupación?
Cuando terminé de estudiar en el extranjero y regresé a Corea, encontré que la cultura de música de cámara no era tan diversa. Así que quise fundar algo con los compañeros que tuvieran la misma filosofía de la música que yo: me dediqué a buscar personas para crear un grupo. Así fue como nació Aulos.
¿Cómo se percibe la música de cámara en Corea?
La música de cámara en Corea actualmente se disfruta mucho hasta entre los jóvenes. Tengo muchos amigos que han aprendido a tocar instrumentos de vientos y como uno de los más viejos interesados en esta música me agrada mucho esté fenómeno.
¿Qué interpretarán en el país?
Hemos traído diversas piezas musicales. En primer lugar, obras de Holanda (piezas de Jan Pieterszoon Sweelinck) y en segundo de compositores franceses (Taffanel y Milhaud). Las últimas composiciones fueron creadas por el estadounidense de origen húngaro, Denes Agay, e incluyen ritmos como polca, rumba, tango y bolero, que creemos que podrían gustarle al público latinoamericano.
Su primer concierto en Costa Rica fue en la Parroquia de San Ramón. ¿Cómo fue su primera experiencia en el país?
La experiencia de ayer (el jueves) fue muy emocionante, el público no estaba tan familiarizado con la música clásica pero participó muy activamente. Muchos se sentaron en el suelo, muy cerca de nosotros. Cuando terminó el concierto, se levantaron y aplaudieron. Fue una experiencia muy bella.
¿Cuál es el mayor beneficio y el mayor reto del intercambio cultural entre países tan diferentes?
Creo que siempre es necesario; cuando nos informaron sobre el Festival Credomatic lo aceptamos con mucho gusto, ya que es una oportunidad de crecimiento. Deseo que, en el futuro, músicos costarricenses puedan viajar a Corea.