Pudo más la fuerza del destino que los deseos de los mortales. Cuando Alux Nahual decidió, en el 2005, reunirse tras seis años de una separación que se creía definitiva, los planes eran otros: tocar de vez en cuando si la causa lo ameritaba; pero uno propone y todo apunta a que el de arriba dispone.
Hoy, aquella idea de “nos juntamos de vez en cuando” pasó a segundo plano, y fue la misma naturaleza de Alux Nahual la responsable de ello. Una gira llevó a otra gira; en medio dieron vida a un proyecto que Paulo Alvarado –chelista de la banda– tenía hace mucho: armar sinfónicamente a Alux Nahual y, orgánicamente, el ritmo de vida fue siendo el mismo que durante más de 20 años tuvo aquella entidad.
Casi sin darse cuenta, Alux Nahual volvió a comportarse como siempre. Tan así es, que Pluvio Aguilar, voz y bajo de la banda, regresó, recientemente, a la formación tras casi diez años de haberse ido. Ahora sí, el Alux de los 80 y 90 está otra vez en pie.
Está firme, y caminando como antes. La gran diferencia ahora –hace tres años cuando vino a Costa Rica en el marco de aquello que era un reencuentro de tiempo limitado– es que esa barrera no solo no está más, sino que fue franqueada. Alux Nahual tiene varios materiales entre manos.
Está a punto de publicar un DVD del espectáculo sinfónico; bien podría armar una gira con ese montaje si los recursos en los países los permiten –se necesita a donde vayan una sinfónica o una filarmónica–, preparan temas nuevos y están de gira.
Ese nuevo recorrido favorece a Costa Rica. El 27 de agosto próximo Álvaro Aguilar (voz), Lenín Fernández (batería y percusión), Ranferí Aguilar (guitarra), Paulo Alvarado (bajo y teclados), Óscar Conde (flauta, saxofón y más) y Pluvio Aguilar (bajo y voz) darán concierto en el Club 212, en Heredia.
Tocarán al lado del grupo tico Malpaís, y así lo confirmó a
Una visita casi relámpago que hizo Lenín Fernández a Costa Rica, en mayo pasado, dio pie para sentarse a pierna cruzada a dibujar el panorama que Alux Nahual tiene hoy. A la luz del 2011, así se ve a sí misma la banda que, nacida en 1979, ha colado en el imaginario del
Sí, cuando vinimos a Costa Rica (agosto del 2008) hablamos de hacer el
Hoy sí, seriamente, estamos conversando que es tiempo de que le demos algo nuevo al público. Veníamos hablando de eso desde hace como dos años, pero había costado que nos juntáramos para ensayar.
“De alguna manera fue un pequeño regreso sin mayores compromisos con el pasado, sin tener una oficina, sin tener que abrir otra vez la empresa con todo lo que la ley pide. Para nosotros era engorroso, Al final lo hicimos bien, no lo planeamos así pero nos salió bien.
“La prensa decía ‘ahora se juntan solo para casos especiales, solo para cuando quieren tocar’' y un día dijo Óscar Conde: ‘La verdad, nosotros ya no tenemos que estar diciendo porqué nos juntamos a tocar, es simplemente que se hizo música por 20 años sin ninguna pausa. Centroamérica se ha conectado con todo este trabajo. Y toquemos porque nos gusta, no tenemos que tener una razón especial porque es justificar el hecho de tocar nuestra música’”.
Estamos activos, porque si en un año das cuatro conciertos eso era Alux antes. Alux no andaba tocan do en bares, nunca lo hicimos.
“Las cosas se dieran por la pura fuerza de la naturaleza de Alux con el público”.
No pelearse con la propia energía que se generaba. Es como mover agua y luego querer pararla. Te digo la verdad: eso estaba haciendo Alux; movíamos las aguas y luego queríamos pararlas. Eso lo vimos así después. Eso es castigar al público y castigarnos a nosotros. Cantan los niños, cantan los adultos... y ahora vamos a castigarnos más.
Ese es un fenómeno muy lindo. No siempre pasa que, porque al papá le guste Los Rolling Stone, al hijo le vaya a gustar. No puedo describir la razón, pero puedo decirte que es hermoso para mí ver al padre con su hijo en lo hombros, llorando ambos en un concierto de Alux.
Nos ayudó a vernos de otra manera, nos ayudó a abstraernos. Cuando tocamos solo los seis como banda es una forma; tocar con una orquesta nos hizo salirnos de nosotros mismos. Te pasan unas cosas increíbles por la cabeza.
Las causas sociales siguen siendo importantes y nosotros estamos presentes en ellas y lo seguiremos estando. Por eso nos volvimos a reunir hace seis años (
“Un día salí en un concierto en Antigua y dije algo: ‘somos el grupo del pueblo’. A algunos les pareció que esa frase era de un político, pero creo que la gente entendió lo que dije y cómo lo dije. ¿Qué hay en un pueblo? En un pueblo hay gente rica, gente pobre, intelectuales, no intelectuales; hay de todo.
Una banda de años también necesita renovar su público. Y de ahí viene la necesidad de grabar cosas nuevas, hay que darle cosas nuevas a ese público nuevo. No vamos a grabar música solo porque hay que hacer música para jóvenes, eso no. Si les gusta, que bien; si no les gusta, no podemos hacer mucho. Después de 30 años de hacer música tenemos una forma de pensar establecida y no podemos hacer música superficial. Eso no va a pasar.
Sí. No nos dimos ni cuenta. La empezamos a hacer como en