Colaboradora
Varios grupos de seguidores de Slayer se dieron cita ayer en el aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, para recibir a la banda de thrash metal .
David Calderón, Mark Thomson, Esteban Cerdas e Israel Hernández fueron cuatro de los fanáticos de los intérpretes de Raining Blood, quienes esperaron desde las 3 p. m. el arribo del avión procedente de Bogotá, Colombia.
“Queremos que nos firmen autógrafos, que sean accesibles con los fanáticos de verdad. Que nos firmen los discos, las camisetas y hasta la piel, no nos importa”, dijo David Calderón.
Sin embargo, los músicos salieron por otra puerta –no la usual de arribo de turistas– y escoltados por la seguridad del aeropuerto. Aquellos que esperaban se quedaron sin los autógrafos y fotografías que anhelaban.
Sin darse por vencidos, los fanáticos, que sabían que la banda se hospedaría en el Intercontinental, se desplazaron en un taxi hasta el hotel en Escazú para buscar al grupo.
A las 5:40 p. m., la banda hizo su arribo al hotel y los fanáticos, que esperaban en la puerta incorrecta, corrieron, sin importar la lluvia, hacia el vehículo donde viajaban sus ídolos. Lograron solo parte de sus objetivos: verlos
Además, el único de los cuatro integrantes de Slayer que se detuvo a fotografiarse con los jóvenes seguidores del grupo, fue el guitarrista suplente de Jeff Hanneman, Gary Holt –de la banda Exodus–.