Fue por ella, por la Sonora Santanera, que aquel lugar estaba lleno. En el hotel San José Palacio, las mesas de largos manteles blancos lo mismo tenían por inquilinos a adultos jóvenes que a personas cuya cabeza ya se les ha puesto blanca.
La excusa era perfecta: celebrar, por ser la noche del 14 de agosto, el Día de la Madre.
Pero, ¿necesitaba aquel gentío un motivo para estar ahí? Por el gusto con el cual en pareja, en familia o entre amigos se gozaron a la Única Internacional Sonora Santanera, bien se podría pensar que ¡no! Verlos y bailarlos parecían razones suficientes.
Es que antes de que saliera la orquesta mexicana, que fundó hace 55 años atrás Carlos Colorado, ya causaba deliciosos delirios entre quienes estaban ahí. Los que tuvieron el ojo agudo se dieron cuenta de que apenas una cortina los separaba de la orquesta que esperaba en otra parte del salón y, serenamente, se acercaron a saludar o pedir un autógrafo. También serena y pacientemente, algunos miembros recibían las muestras de afecto.
Su frente de tres cantantes, sus percusionistas, su pianista, su bajista y los cuatro músicos que, desde atrás, ejecutan la base del sonido clave e imperdible de la Santanera: las trompetas.
Cuando aparecieron, la pista de pista tuvo otro comportamiento.
No había baile para cuando sonó
Y así siguió la buena actitud de concierto en
Elegante hasta para leer los saludos que en servilletas y toda clase de papeles sueltos llegaban a la orquesta, así se vio la Santanera.
Elegante desde el gris de sus trajes hasta cada movimiento, impecablemente sincronizado de sus tres cantante al frente, así se vio la Santanera.
Con voces, de hombres jóvenes, que sonaban con la misma calidad vocal que tenían aquellas orquestas de la música fina de salón de los años 50 y 60; así también se vio la Santanera.
Luego, no hubo canción o tema instrumental que no fuera bailado con pista a reventar.
Entregó la Sonora desde
Con la pista llena, cuerpo contra cuerpo, giros y pasos cortos y también largos, la orquesta dio un espectáculo generoso en todo. Generoso hasta en rendir memoria, pues al final de la actuación tocaron para homenajear a los miembros claves de esta Sonora Santanera que ya han partido.
Se despidieron como empezaron: con