El amor viene en muchas formas: puede expresarse con un mensaje, dedicándole tiempo a la mascota o escuchando una misma canción 10 veces seguidas. Sergio Fuentes, conocido como Sergio Wiesengrund, cree que cualquiera de estas expresiones tiene la capacidad de subvertir, de hacer reclamos en el campo político.
“El amor es político, la gente aún no puede casarse con quien quiera y esa es la mayor prueba”, explica el compositor, quien recibió el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en Música en el 2014.
Su nuevo álbum de noise, Soy un gato que solo sabe de amor, se puede escuchar y descargar de manera gratuita en la página en Bandcamp del compositor, al igual que sus anteriores producciones.
Fuentes utiliza la música como un arma para criticar y mofarse de los dogmas que nos rodean y en este álbum se expresa mediante ruido y la producción de música electrónica.
“Los dogmas son lo que critico más en este álbum, la institucionalizaión ahistórica de todo: la política, la religión, la policía y hasta la creación de la música electroacústica”, señaló el compositor.
Nuevas influencias
Soy un gato que solo sabe de amor refleja el acercamiento que el proyecto de Wiesengrund a las melodías y a los escenarios.
Por un lado, los temas tienen una estructura de canción mucho más aparente que las de sus anteriores composiciones, en las que era más fácil encontrar capas de ruido que percusiones bailables.
“Quise explorar qué le podía aportar el ruido al pop, al techno, o qué le podía decir el ruido al hip-hop. La escogencia de los géneros no fue algo arbitrario: esos sonidos tienen un bagaje político”, comentó el compositor de 28 años.
Por el otro lado, su acercamiento con la escena de rock alternativo y su interés de gestionar espacios para proyectos musicales más tradicionales bajo el nombre Muzak, abrió un capítulo en su carrera que se refleja en la composición.
“Siento que me he alejado poco a poco de la academia, la institución que aglutinó muchas de mis obras. Es muy diferente ese ambiente al de los conciertos en espacioscomo El Sótano (Amón Solar) y El Lobo Estepario y eso empapó mi obra”, comentó Wiesengrund.
Ese acercamiento ya había quedado registrado en su álbum XII, que presentó en formato de concierto, compartiendo espacio en la alineación con otros grupos.
Antes sus presentaciones en directo tenían un performance pasivo, ahora, Wiensegrund pone las canciones, las distorsiona en vivo, baila con ellas y ocasionalmente grita en un micrófono. Su lenguaje corporal empieza a transmitir lo mismo que su música.
Soy un gato que solo sabe de amor es mucho más alegre, explica Sergio Wiensegrund. Sus amores y preocupaciones aparecen reflejados en títulos como carla_render_1 o parque francia lleno de tombos_getrificar.
Quizá el título más ambiguo es zentNo, pero Wiesengrund lo aclaró desde el primer día en su página de Facebook: “la última pieza sí fue dedicada a Walter Centeno”.
El contagioso ritmo de la canción zentNo y el mensaje resumen la versatilidad de Wiesengrund al componer y la forma desenfadada de articular discursos que tiene, ya sea que van a favor del amor o encontra de los límites que se ponen los individuos.
“Es una ironía que quienes están haciendo electrónica estén siendo tan formales y tan ahistóricos. No me quedó de otra que dedicarle una canción al Paté Centeno”, declaró el compositor con unas sonrisa en el rostro.