El concierto con la banda alemana Blind Guardian comenzó anoche con más de una hora de retraso, entre la algarabía y también el descontento de miles de seguidores.
El debut del grupo alemán en Costa Rica mantuvo a cientos de fanáticos de la agrupación esperando por largo rato en las afueras de El Domo, en el Colegio Saint Gregory, en La Unión (Cartago).
A las 9:20 p. m., el baterista de la banda, Frederik Ehmke, subió al escenario para calmar los ánimos y dar comienzo a la presentación.
Pocos segundos después, la salida del vocalista Hansi Kursch enloqueció a la multitud.
Lentamente, entraron los otros dos miembros de la banda, los guitarristas André Olbrich y Marcus Siepen, frente a un fondo con el nombre de la agrupación.
Tras la primera canción,
A esa primera interpretación le siguieron los temas
Javier Sánchez, una de las primeras personas en la fila, permaneció n afuera del colegio desde tres horas antes, y manifestó que los organizadores no habían ofrecido explicaciones sobre el retraso.
Cristian Arce, vocero de Blackline Productions, le aseguró a
“Una de las plantas estaba produciendo menos energía. Ya estamos permitiendo el ingreso de la gente y hay unas 1.500 personas, el 50% de la capacidad”, manifestó Arce, a las 8:40 p. m.
Hasta las 9:20 p. m., el escenario permaneció vacío, solo con los instrumentos colocados en su lugar y una luz azul de fondo. La prensa también tiene rato de estar esperando con cámara y todo listo, pero todavía no había nada.
No estaba programado que el concierto tuviera un telonero, lo cual aumentó la desesperación de los asistentes.
Alguna gente aprovechó, entonces, para tomarse fotografías vistiendo las típicas camisetas negras con el emblema del grupo y de otras bandas. En aquella noche sin lluvia, unos optaron por tomarse algo sentados en las zonas verdes aledañas al sitio de concierto.