Las pasiones y la adrenalina que provocó la jornada sabatina del Mundial de Surf, en Jacó, se desviaron en la noche hacia la tranquilidad y la buena vibra del reggae .
En el marco del cierre de la actividad deportiva internacional, hubo espacio para bajar un poco las revoluciones, más no las emociones, y con el concierto de los puertorriqueños de Cultura Profética se dio la oportunidad de descansar en la música todo el ímpetu que la playa y las olas del mar produjeron.
El Campo Ferial del Mundial de Surf, ubicado a un costado del hotel Best Western, fue el escenario perfecto para que los boricuas descargaran todo su talento artístico y con ello lograr que la masa humana, tal vez cansada por un largo día de competencias en el mar, se rindiera ante su música.
Parece imposible que la voz contagiosa de Willly Rodríguez no provoque éxtasis en sus seguidores. Tampoco es absurdo que los acordes del género hagan que los cuerpos se balanceen de un lado a otro con su ritmo.
Pueden venir una, dos o hasta tres veces al año a Costa Rica: los de Cultura Profética saben perfectamente bien cómo endulzar a sus seguidores, e incluso a los que no los conocen muy bien.
Del ‘show’. Pactado para que comenzara a las 7 p. m., el concierto empezó puntual con la participación de los costarricenses de Ojo de Buey .
La fórmula fue atinada, ya que los ticos llevan su carrera bajo la mística también del reggae ; empero, lo que faltó en el arranque fue público.
Para cuando los criollos llegaron a la tarima en Jacó, las localidades no llegaban ni a un 25% de su aforo.
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Sin embargo, al momento en que Cultura saltó al escenario, a eso de las 8:30 p. m., el lugar ya estaba casi lleno.
Parece que los espectadores se guardaron un poco para aguantar la fiesta que traían los boricuas con su música.
Ritmo que pesa fue la canción con la que comenzaron su espectáculo. Algo definitivamente fuerte para entrar en calor.
Aunque los puertorriqueños no han publicado disco desde 2010 ( La dulzura ) eso no le importa a su fiel público. Cada tema de su setlist fue coreado con los ojos cerrados y manos moviéndose en dirección al cielo.
Como lo dijo Rodríguez en entrevista con Viva , ellos han sabido mantenerse constantes durante sus 20 años de carrera, gracias a que su trabajo lo hacen como si fueran a montar a galope un caballo salvaje.
Eso se destacó en su presentación. Cada pieza generó en sus seguidores un sube y baja de energías, ya que en su repertorio hay canciones que muestran su lado más dulce como Para estar o La complicidad ; pero también hay espacio para la crítica y la denuncia social.
“Es importante dar en el clavo e insistir en el mensaje”, dijo Willy para referenciar sus 20 años de trayectoria y poner en evidencia su posición en diferentes temáticas que afectan al mundo como el medio ambiente, la emigración o la legalización del uso de la marihuana.
Con mucho carisma, la agrupación vive cada parte de su show al máximo y eso lo saben transmitir muy bien. El sabor, e incluso la sensualidad de su trabajo, tiñe de reggae a cualquiera; así quedó demostrado esta noche en la amplia variedad de nacionalidades que fueron testigos del mensaje de la Cultura.
Hubo costarricenses, argentinos, suizos, neozelandeses, estadounidenses, chinos y japoneses. En fin, una gran oportunidad que, gracias al Mundial de Surf, tuvo la música latina para alzar su voz.
Ticos. Cayeto y su compañía lograron conquistar al público que, desde su aparición en el escenario, reconocieron su trabajo.
Ojo de Buey hizo un amplio recorrido por sus dos álbumes de estudio: Sabor en tiempo cruel y Repelente pa’l dolor . De la particular voz de Cayeto salieron las letras de piezas como Sigo esperando , Entre la espada y la pared , Una sola nación , y Dime la verdad , entre otras. La participación de Ojo de Buey estuvo también bajo la bandera de la defensa de la paz y la libertad, misma que ondea desde su trinchera Cultura Profética.
Esto demuestra que tanto el género como las bandas que lo interpretan se esmeran porque su mensaje sea positivo.