Pianista de 14 años toma el Nacional

Ludwig van Beethoven, Franz Liszt, Alexander Scriabin y Frédéric Chopin están en manos de un costarricense de 14 años de edad.

Daniel Eras abordará la Sonata N°.12 op. 26, de Beethoven; el Estudio transcendental N°. 7 (Eroica), de Liszt; el Estudio op. 8 N°.12, de Scriabin y el Nocturno op. 48 N°. 1 y otras composiciones más de Chopin, para presentarse esta noche, a las 8 p. m., dentro de la Temporada Pianística del Teatro Nacional.

Eras, estudiante de la Universidad Nacional y del Instituto Superior de Artes, a sus 14 años, tiene un kilometraje importante.

Se presentó como solista con la Wiener Residenz Orchestra en la ciudad de Viena, también en Bruselas (Bélgica), y ha tocado cinco veces como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional.

Este año ganó el primer lugar en el Concurso Internacional de Bradshaw & Buono International Piano Competition, tocando en el Weill Recital Hall, del Carnegie Hall de Nueva York.

Considerado una de las figuras prometedoras de la música nacional, Daniel Eras habló con Viva.

Concierto en el Teatro Nacional. ¿Qué significa para usted?

Significa todo lo que un pianista o cualquier otro músico de este medio le gustaría tener, que es presentarle al público el trabajo que ha hecho. En mi caso, el trabajo que he hecho durante cinco años.

¿Qué marcó haber ganado la Bradshaw & Buono International Piano Competition?

Un orgullo y eso me motiva a seguir luchando para aspirar a cosas más grandes o a una beca.

¿Cuánto tiempo demoró preparando el recital para mañana (hoy para el lector)?

Seis meses.

Si la inversión de tiempo es tanta, ¿cómo logra un equilibrio entre esta formación suya como pianista y sus estudios académicos?

Es que estudio por distancia; por ejemplo, voy a presentar en octubre el examen para octavo año. Estudio fuerte por las noches.

Eso implica que trabaja duro. Deduzco que esto, ser pianista, es realmente su sueño de vida.

Sí, de hecho (ríe).

Y en ese sueño, ¿cuál es su meta, cómo se ve de grande?

Mi meta es ser un pianista concertista y entrar a estudiar en una universidad de Polonia o de Alemania o de Rusia. Italia también estaría bien o Julliard, en Estados Unidos. Quiero graduarme para dar conciertos.

¿Y ese concertista tocaría en el extranjero, en Costa Rica... quizás en ambos territorios?

Creo que en el extranjero, pero me gustaría dar recitales aquí también para compartir con el público mi trabajo.

¿Qué es lo más valioso que ha aprendido de sus maestros?

La motivación. El “sí se puede”. En Costa Rica somos muy dados a hacer todo de poquitos, pero con mis maestros he aprendido que en el ser humano todo es posible.