El cornista costarricense Hugo Valverde Villalobos, de 22 años, fue seleccionado esta semana para ser parte de los músicos que conforman la prestigiosa Metropolitan Opera House de Nueva York.
El joven artista participó del proceso de audiciones que se llevó a cabo en las instalaciones del teatro, ubicado en el Lincoln Center de la ciudad de Nueva York, junto a otros 90 intérpretes.
Vecino de Barva de Heredia y amante del ciclismo de montaña, el músico nacional asegura que este es solo el principio de un sueño para el cual se ha preparado desde que tenía 7 años. Él será parte de la planilla oficial de la mayor institución de la música clásica en Estados Unidos.
Valverde afirma que hay muchas personas involucradas en este gran paso, desde su profesor en Costa Rica, hasta sus maestros en Estados Unidos, donde se ha preparado profesionalmente para lograr esta contratación.
ARCHIVO: La mejor ópera regresa a Costa Rica desde Nueva York
El cornista comenzó su preparación musical en la Escuela de Música de Barva de Heredia. Luego ingresó al Instituto Nacional de Música en Costa Rica. En el año 2012 obtuvo una beca para continuar sus estudios en la Lynn University (Florida, Estados Unidos) y, para finalizar su maestría, actualmente culmina su preparación en la Rice University de Houston, Texas.
Tras recibir la buena noticia, Hugo habló con Viva sobre la experiencia y todo el camino que ha recorrido para llegar a esta meta.
¿Está cumpliendo el sueño de su vida?
Cuando llegué a Estados Unidos, uno de los sueños era entrar a una de las orquestas más reconocidas. Esta orquesta es de ópera y, posiblemente, la más reconocida mundialmente. Desde que estoy aquí, la meta ha sido estudiar mucho para llegar a esas grandes ligas de las orquestas.
¿Quiénes han sido sus mentores, sus influencias?
El profesor Luis Murillo, en Costa Rica, siempre dedicó mucho tiempo en mi enseñanza, tenía mucha paciencia y trataba de sacar lo mejor de mí. En Estados Unidos me topé con Gregory Miller, en Lynn University; él siempre me decía que si quería tocar en la Sinfónica de Chicago o la Filarmónica de Nueva York, tenía que trabajar muy duro y así lo hice durante los cuatro años en esa institución. Ahora que estoy con la maestría en Rice, tuve la dicha de que desde hace un año estoy trabajando con William VerMeulen; él fue la pieza clave para que yo mejorara bastante. Es un profesor de una gran demanda, muchos de sus estudiantes ganan puestos en las mejores orquestas del país.
¿Cómo fue el proceso de la audición?
Fueron dos días muy intensos, muy largos. Mi proceso de preparación duró casi tres meses. Como en toda audición, hay gente que manda la solicitud, pero como yo era estudiante y no tengo un trabajo en ninguna orquesta, me pidieron que, para poder considerarme para la prueba, tenía que mandar un disco donde yo interpretara algo para ellos escucharlo. Las audiciones fueron lunes y martes, fuimos 90 músicos. Yo me presenté el segundo día y pasé a la ronda semifinal con otros siete, después llegó la final y fui el elegido.
¿Qué interpretó?, ¿cómo fue la presentación?
Las audiciones en la Metropolitan son de las más justas que hay en el país porque uno toca el instrumento detrás de una cortina; los jueces no te ven la cara y así se evita que se den preferencias. No dejan usar los teléfonos celulares para evitar tener algún tipo de contacto con los jueces, es tenso, pero al final es muy bueno que sea así. Llegué preparado con varios tiempos de estudio y toqué algunos extractos de óperas como Tosca, Don Carlos, El caballero de la rosa, Così fan tutte, Parsifal y otras muy estándar. Como son 15 jueces, cada uno emite un voto, en la primera ronda obtuve 12 de 15 y para la final 13 de 15.
¿Cuándo empieza oficialmente su trabajo en la ópera?
Ahora estoy en mi casa con mi familia. Si todo sale bien con la visa de trabajo, comienzo con ellos a partir de setiembre de este año.
¿Cómo fue el recibimiento de la noticia por parte de su familia y amigos?
Me preparé para esto toda la vida, ha sido un esfuerzo muy arduo el que hicieron mis papás, económica y moralmente. Mis padres siempre me dijeron que no importaba dónde estaba o qué hiciera, pero que fuera de la mejor manera; mi familia fue un pilar que me apoyó mucho y me aferré a ellos para no dejar pasar esta oportunidad. Mucha gente me ha mandado mensajes, están muy contentos y eso me alegra mucho porque uno ve todo el cariño, me emociona el apoyo y quiero dejar a Costa Rica en alto, esa es una de las metas que tengo.
¿Qué beneficios le trae ser parte de la Metropolitan Opera?
El crecimiento y la madurez musical que voy a lograr tocando con músicos de primera clase, ser dirigido por directores maravillosos como el de la Filarmónica de Berlín que va a dirigir la ópera. Compartir con ellos el arte que hacen y ver la forma en la cual interpretan la música va a ser crucial en mi carrera.