Concierto de Ricardo Montaner el 29 de octubre del 2011 en el Estadio Ricardo Saprissa. En la foto, Ricardo Montaner. Fotos: Mayela Lpez (Mayela_Lopez)
El frío de una noche ya muy avanzada provocaba que la mayoría del público en el estadio Ricardo Saprissa –el sábado anterior por la noche– titiritara a más no poder, a la espera de su ídolo: Ricardo Montaner.
Eran las 10:25 p. m. cuando Ricky y Mauricio, los hijos de Montaner, abandonaron el escenario, luego de interpretar dos canciones.
El recinto se oscureció por completo durante siete minutos y el grito de “Ricardo, Ricardo, Ricardo...” se mezcló con silbidos de pura desesperación a la tica.
A las 10:32 p. m., un impresionante juego de luces animó a los presentes que no lograron llenar las localidades habilitadas para el concierto, que contó antes con el tico Bernardo Quesada, así como con el trío internacional conformado por Alex Ubago, Jorge Villamizar y Lena Burke.
Seis pantallas al fondo de la tarima dejaban ver recortes de periódicos y videos de la carrera de Montaner durante los últimos 20 años.
Tres coristas (vestidas de morado para no desentonar con el estadio) irrumpieron en escena, junto con la banda y cinco bailarinas.
Sin decir palabra alguna, Montaner apareció en el centro del escenario y aplicó una estrategia que le funcionó a la perfección.
El artista arrancó su presentación con
No fue hasta que el sudamericano finalizó su cuarta interpretación que dirigió sus primeras palabras al público: “¡Buenas noches! ¿Cómo se sienten? ¡Qué bien que no se cumplió lo que algunos dijeron de que hoy llovería”, exclamó.
Esas palabras antecedieron a dos de sus principales éxitos,
Montaner ofreció también varias piezas más contemporáneas, como
Adonde caminara sobre el escenario, el intérprete jalaba una silla como su compañera inseparable.
Pero la silla quedó a un lado al momento de cantar
Y cuando el calendario sugería que ya era domingo, un romántico Montaner comenzaba, poco a poco, a despedirse.
El adiós fue extenso y arrancó con una letra improvisada que ironizaba con los “pesimistas” que le dijeron al cantante que la lluvia matizaría su concierto aquí.