Si durante el Festival Imperial 2012 hubo una decisión acertada por parte de la organización, fue la de trasladar la presentación del músico Moby, en su faceta como
Fue tal la cantidad de público que decidió quedarse el domingo a ver a ese estadounidense, tras la presentación de LMFAO, que la primera opción solo hubiese servido para provocar un caos.
Con más espacio frente al escenario, el auténtico y humilde músico subió a la tarima a las 11:15 p. m., y, de inmediato, generó una explosión de baile y movimientos.
Su introducción no pudo ser mejor, pues usó las tonadas de su éxito
Ya lo había dicho casi dos horas antes el artista en una conferencia de prensa: “Cuando estoy de
Mientras la música era motivo para aplicar aquel viejo arte de asentar sin ritmo alguno o mover las manos de un lado al otro, el estadounidense se subía constantemente en una colorida tarima pequeña donde colocó su tornamesa.
La contagiosa armonía musical no impidió que una joven pareja, a la izquierda de la tarima, protagonizara tremendo “apercollón”, tan extenso como la misma mezcla que sonaba con Moby.
Muy cerca, otra dupla menos amorosa revelaba que el final de la noche no resultó tan feliz.
Cuando faltaban 15 minutos para la medianoche, muchos optaron por retirarse del autódromo La Guácima, aunque la cantidad de fiesteros aún adentro merecía lo mejor de Moby, y así sucedió.
Sin embargo, la propuesta del músico sumó pocos temas de su autoría.
Sin decir palabra alguna durante todo su
Frente a la tarima quedaban todavía miles que no se rendían y querían más. Ellos ni se percataron del avión que pasó cerca y que aterrizaría en cuestión de segundos para que sus pasajeros pudieran llegar a sus casas a descansar.
Pero en La Guácima eso no pasaba por la mente de muchos. Su viaje era otro y muy distinto.
El neoyorquino insistía a cada nada en sacar su celular para continuar con la grabación de lo que fue su primera presentación en Costa Rica, donde sus fans lo esperan por segunda vez, para verlo haciendo otra cosa que conoce a la perfección: interpretar en vivo sus canciones más populares.
A las 12:25 p. m., Moby aceleró su ritmo para avisar que pronto se despediría. A esa misma hora, y aún a la izquierda, aquella pareja seguía con su pasión, tal cual periquitos de amor. A la derecha, el otro par exponía caritas recíprocas que evidenciaba sentimiento de pocos amigos. Ni Moby pudo reconciliarlos.