Un enérgico pueblo limonense y cientos de turistas celebraron, ayer, el clímax de los Carnavales del Caribe 2010, a pesar de graves problemas de organización, retrasos y cancelaciones de último minuto.
La actividad, cuyo inicio se había programado para el mediodía, comenzó a eso de las 2:40 p. m. y en un lugar distinto al que se había informado previamente.
No obstante, los miles de limonenses y turistas acudieron a la celebración y se esmeraron en sacarle el jugo a las tres comparsas locales que se presentaron al evento.
El carnaval arrancó 100 metros al sur del Black Star Line con la participación de 16 motociclistas, seguidos por la comparsa de Los Indios Alegres, cuyos integrantes se preocuparon por calentar el ambiente en los alrededores y llamar la atención de los cientos de espectadores que se habían cansado de esperar.
Luego desfiló la única carroza de la actividad que había sido elaborado por la iglesia católica local y llevaba un mensaje de paz. Consistía en un furgón azul con un paloma blanca y niños que portaban rótulos con leyendas de “No a la indiferencia” y “No a la delincuencia”.
Detrás de ellos venía una camioneta del Grupo del Sol con las dos princesas del los carnavales de Limón, sentadas en el cajón.
Durante los primeros 45 minutos del desfile, las bellezas viajaron con un asiento vacío en el medio, el cual resaltaba la ausencia de la reina, Yendry López, quien se integró a la actividad poco después.
El día anterior al festejo, López le había expresado a
La comparsa Espectaculares fue la segunda agrupación en cargar de energía el evento y a ellos les siguió la agrupación más grande y enérgica del evento: la comparsa Los Brasileiros.
La danza y percusión de este conjunto logró avivar al público, que se infiltraba entre el grupo para bailar con ellos y posar para fotos. Durante más de una hora, los males que habían aquejado al carnaval parecieron olvidarse, ante el espectáculo que brindaron Los Brasileiros.
A las comparsas le siguió el tope, organizado por la Asociación de Caballistas de Limón, el cual logró reunir a alrededor de 250 caballos de la provincia y otros rincones de nuestro país.
“La falta de presupuesto y el escaso tiempo no permitió concretar los contratos”, dijo.
Los nativos de Limón fueron los primeros en lamentar que el carnaval de este año no había cumplido con las expectativas.
“No hay palabras. Pedimos al resto del país que nos disculpe porque esto es una vergüenza”, lamentó el limonense Ricardo Bermúdez, quien presenció el festejo.
“Ustedes no se imaginan el sentir de uno como limonense, que ha visto carnavales que ningún otro lugar en el país podía igualar, a pasar esta vergüenza. Preferimos que no haya nada, a que haya esto”, agregó Bermúdez.
Juan Carlos Arias, subdirector regional de la Fuerza Pública explicó que la complicación más grave, a nivel de seguridad, fue la falta de acordonamiento del recorrido.
“Nosotros fuimos enfáticos en que el mecateo no podía faltar. Tuvimos que replantear nuestro trabajo en una actividad con riesgos importantes”, dijo.
Geovanny Cedeño, gerente general de la empresa de seguridad privada Comando Especial SWAT, que había sido contratada para apoyar el esfuerzo, también se quejó de la organización.
“Desde que llegamos hubo una descoordinación terrible. Estuvimos sin dónde dormir por dos días. Amanecimos en el parque mojados, sin agua y sin alimentación”.
“También hemos tenido problemas en la cancelación de los pagos, ya que los cheques nos han rebotado una y otra vez”, agregó.
Al cierre de esta edición, la presidenta de la comisión no se había referido al tema, pero el secretario José Espinoza, indicó que pesar del retraso, no consideraba que faltó organización.
“Desorden no ha habido. Todos los años hay un pleito de quién sale primero y este año, por ejemplo, hubo un retraso por los uniformes. Pero eso es culpa de la costurera, no nuestra”, alegó.
Espinoza dijo desconocer el motivo por el cual la reina había llegado tarde al evento y refutó los alegatos de que hubieran usado cheques sin fondos. También dijo que los comentarios de la Fuerza Pública no eran del todo ciertos.
“Ellos están muy exigentes. El mecate llegó pero aparentemente ellos no quisieron ayudar a acordonar el recorrido. ”, concluyó.