Contagiosa resultó la música de la cantante mexicana Lila Downs, durante su concierto del miércoles en el Teatro Nacional. Por igual sedujo desde a un par de jovencitas que bailaban en la galería lateral de la sala, hasta el expresidente Miguel Ángel Rodríguez, quien acompañó con sus palmas, desde su butaca, la canción
Esta primera noche de la artista (el jueves tuvo un segundo recital) fue toda energía, simpatía y pasión sobre el escenario. Su concierto fue corto: comenzó a cantar a las 8:06 p. m., y a las 9:23 p. m. se estaba despidiendo del público.
Durante el tiempo que permaneció sobre las tablas del histórico teatro, ella disfrutó cada minuto y, desde luego, su público fiel, pero que no llenó la sala, cantó a todo pulmón sus canciones.
La noche comenzó con uno de los temas más contagiosos de su nuevo álbum
Con la primera de una serie de ovaciones de los espectadores, Downs agradeció a los presentes por acudir a la cita. Luego, cantó
Con el tema
Para este nuevo encuentro con el público tico, Lila Downs apareció con largas trenzas, y un vestido que era una clara referencia a las prendas de pueblos autóctonos mexicanos.
El transcurrir de los minutos dio paso a otras interpretaciones, como la sentida
Pese al formalismo que da un escenario como el Teatro Nacional, muchos de los presentes se olvidaron de protocolos y, desde sus butacas, bailaron, sacudieron los hombros. La despedida fue con