La suma es la siguiente: 8 jovencitos cantantes de los Estados Unidos, 14 artistas “tiernitos”, pero de Costa Rica, 12 bailarines –todos de Santa Ana– y 7 miembros de una orquesta. Todas estas 41 personas encontraron los encantos de la ópera Médée , del compositor francés Marc-Antoine Charpentier, que por ser barroca no siempre está de moda.
Que la obra de Charpentier les quedó al pelo a las voces propias de jóvenes entre 19 y 30 años quedará demostrado hoy y mañana, cuando los cantantes, acuerpados por los músicos y bailarines, tengan sus funciones en el Teatro de la Danza, ubicado en el Centro Nacional de Cultura (Cenac), San José.
Todas las funciones serán a las 7 p. m. y entrada costará ¢4.000.
“ Médée quedaba perfecta para voces aún no maduras; además, encontrábamos un encanto en hacer un montaje que fuera de una ópera barroca, que no está de moda”, dijo Gustavo Castro. Este pianista costarricense y su esposa, la contralto costarricense-estadounidense Karen Esquivel, crearon el proyecto Ópera Nova Costa Rica.
La iniciativa, que funciona con un campamento de intercambio cultural entre jóvenes de los Estados Unidos y Costa Rica, se activa cada vez que el matrimonio viene de vacaciones al país, ya que viven desde hace siete años en EE. UU.
Durante un mes, desde el 24 de junio pasado, los jóvenes cantantes se entrenaron en óperas francesas.
Y para darle oportunidad a quienes no tendrán papeles protagónicos en Médée, el viernes 22 de julio harán una sesión de escenas de óperas francesas, a las 7 p. m., en la Iglesia Centenaria de Santa Ana.