“¡ Buonasera signori e signore !”, dijo el anfitrión Mario Giacomelli para inaugurar la velada.
Eran las 8:00 p. m. y el concierto De Italia con amor comenzó –como debía– en buen italiano.
A partir de aquel momento, las reminiscencias al país que tiene forma de bota entraron por la vista, el oído y el corazón.
El primero de tres conciertos de un apretado fin de semana para la Orquesta Filarmónica se celebró a teatro lleno, con un Melico Salazar que, en varios momentos, estuvo al borde de las lágrimas de la emoción.
El menú incluyó 20 canciones de autores italianos. Algunas de ellas provenientes de los años 70, otras de la década posterior y, entre los más recientes, unas popularizadas por Laura Pausini y Eros Ramazzotti.
“Queríamos traer un pedacito de Italia a Costa Rica”, comentó más tarde el director del ensamble, Marvin Araya. Por su parte, Giacomelli se encargó de hacer dos breves introducciones en su nativo italiano, para explicar que se proyectarían imágenes de diferentes escenarios de Italia para acompañar temas de autores o intérpretes como Peppino di Capri, Claudio Baglioni, Ricchi e Poveri, Gianni Bella o I Pooh.
Emotivo. El cantante Domenico Veri fue el primero en aparecer en tarima para cantar Pequeño gran amor , de Baglioni, en su idioma original. Más tarde el artista italiano (también vocalista de Gaviota) subió a escena para interpretar otros temas populares como Champagne y De amor ya no se muere .
Pablo Bogarín, de amplia carrera en agrupaciones de metal y rock pesado fue uno de los cantantes que pisó el escenario en numerosas ocasiones. Con mucha seguridad hizo gala de su amplio registro vocal en piezas como Sábado por la tarde o Si fueras tu , de Salvatore Adamo.
La audiencia se iba enamorando, se dejaba encantar y hasta se aventuraba a corear.
El dueto entre los cantantes líricos Grace Abarca y Joaquín Yglesias para Con te Partirò fue de los más celebrados, gracias a una emotiva interpretación de un tema conocido en especial por la versión de Andrea Bocelli y Sarah Brightman (1996).
Con las gargantas calientes, muchos en el público acompañaron al vocalista Manuel Fallas en otra canción popular: Cosas de la vida, de Ramazzotti. En la segunda parte, el mismo artista volvería para interpretar el clásico No lo haré más , de Peppino Di Capri.
A la reconocida Vanessa González le correspondió, por su parte, darle voz al clásico de Pausini, La soledad , un tema lleno de nostalgia y despecho.
“Adoramos esta música aunque no entendemos nada de lo que dicen”, le confesó a Viva la canadiense Judith Kays, después del show . Había asistido al concierto solo porque coincidía con su estadía en el país, pero ella y su familia salieron encantados.
“Italia es un país precioso y estas canciones viejitas las escuchaba en el colegio, aunque pensé que las iban a cantar todas en italiano”, comentó Gerson Rodríguez, de Grecia.
De esa misma ciudad alajuelense proviene Sharon Abarca, quien se lució interpretando un dúo junto a Domenico Veri, uno más al lado de Pablo Bogarín y en solitario la pieza Amores extraños . Los aplausos le llovieron.
Otro con quien el público se enamoró fue el moncheño Gustavo Salazar, quien este mismo fin de semana tuvo su debut con la Filarmónica. Si bien al principio parecía ser un desconocido para el público, después de su segunda o tercera aparición, lo celebraban apenas había dado escasos pasos en tarima. Al final, Salazar, fue ovacionado de pie.
Cerca de las 10 p. m., él, y el resto de cantantes invitados por la Filarmónica para el espectáculo a la italiana, se unieron para complacer a la audiencia con una pieza más. Así, Si bastasen un par de canciones , de Ramazzotti sirvió para despedir una gran noche musical con un sentido ciao .
El tercer concierto De Italia con amor, de la Orquesta Filarmónica, será este domingo a las 6:00 p. m. Los tiquetes se pueden adquirir en www.specialticket.net a precios que van de los ¢15.000 a los ¢25.000.