La Guácima se movió como Jagger y bailó hip hop

La Guácima. El plato fuerte de la extensa velada musical tendría como escenario la tarima este, donde el cantante Adam Levine y su grupo Maroon 5 cerrarían el primer día del Festival Imperial 2012.

A las 9:30 p. m. en punto, la banda estadounidense de pop demostró durante una hora y 15 minutos por qué es considerada uno de los referentes de ese género.

Maroon 5 inauguró su presentación con Harder To Breathe. Levine salió con un abrigo gris y pantalones de mezclilla negros.

Sunday Morning siguió en el repertorio que levantó los ánimos con Misery y Makes Me Wonder.

“¡Qué noche tan grandiosa. Hemos estado en muchos lugares y con muchos shows y siempre agradecemos el apoyo del público como si fuera la primera vez”, expresó Levine, cuando ya se había quitado su suéter... razón tenía porque lo más caliente estaba por venir.

La agrupación prosiguió con la interpretación de The Sun, Won't Go Home Without you y Never Gonna Leave This Bed.

Cuando llegó el turno del exitazo This Love, las más de 20.000 almas presentes ovacionaron a los músicos y siguieron al pie de la letra el popular coro.

Ya a las 10:33 p. m., era momento de escuchar la más esperada de la oferta de Maroon 5: Moves Like Jagger, pieza que bien valió la larga espera para disfrutar de una de las canciones más sonadas en la radio en los últimos meses.

El cierre fue magistral, con un emotivo Levine que mostró todo su talento y carisma, al cantar la romántica She Will Be Loved.

Antes el hip hop. Antes de Maroon 5, la tarima este fue tomada por los irreverentes y rebeldes músicos de Cypress Hill.

Ya lo había advertido su fundador Sen Dog, en entrevista con Viva, que La Guácima se caería a pedacitos con sus líricas.

Con menos de 15 segundos sobre el escenario, los músicos de origen latino ya habían enloquecido al público, al tono del hip hop.

Fue la primera vez durante el día en que la música que se originaba desde esa tarima provocó que casi todos se sacaran su timidez y se pusieran a bailar.

“Hola mi familia costarriqueña, ¿cómo están todos?. Es un placer y un gran honor estar aquí con ustedes. Un orgullo ser latino”, expresó Dog, para dar paso a Tequila Sunrise, uno de sus temas más conocidos en nuestro país.

Con sus polémicas y casi todas irrepetibles letras, Cypress Hill hizo del autódromo un salón gigantesco de baile individual.

Luego de 30 minutos casi sin parar, Dog procedió a lanzar una pregunta: “¿Están todos realmente locos ahorita mismo aquí?”.

De inmediato comenzaron a sonar las tonadas de Insane in the brain, que resultó ser uno de los coros más escandalosos de la velada.

“¿Quién vino a fumar con Cypress Hill?”, fue otra de las consultas del cantante, cuando en realidad desde temprano el olor a hierba ya había invadido algunos lugares destinados al Festival.

Con líricas cuyos coros lo más amigable que dicen es “¡calla tú maldita boca!” y gracias a la interpretación de Quiero fumar mota, la cosa se puso más que caliente.

Y tan tranquilo, sin verguenza alguna, B-Real, uno de los dos vocalistas, sacó un pucho y de inmediato procedió a consumirlo. Incluso se lo pasó a su compañero Dog.

Boom biddi bye bye fue una de las canciones que se sumó al repertorio de un espectáculo que, seguramente, muchos papás al leer los párrafos anteriores, hoy se estarán preguntando: “¿Dónde era que andaban mis hijos?”.