Se juntaron hace 16 años en un marco totalmente underground , sin afiches ni propaganda, dispuestos a ir siempre contracorriente, sin dar un solo paso atrás... ¡y así ha sido! Cuales tres mosqueteros, Balerom, Moldo y Wash, empuñan la espada del rock para defender hasta la muerte la música nacional.
Evolución nació en 1996, de la rebelde cabeza adolescente de Balerom. Hacía tiempo que algunas ideas musicales le daban vueltas dentro del cráneo, escribía las canciones y las grababa en un magnetófono de cuatro pistas, pero sintió que era hora de hacer una banda y llevarlas al escenario.
“Nos conocimos desde antes, pero nos reencontramos tocando en diferentes bandas del ambiente musical underground , por ahí de 1994. Me sentí familiarizado con hacer música original, así que me acerqué a bandas que hicieran este tipo música, donde tocaban Moldo y Wash, para formar una alianza, porque, en ese entonces, el mercado estaba dominado por bandas de covers ; había un vacío en la música nacional”, explica Balerom.
Su pasado en otras bandas les sirvió a los tres para dar sus primeros pasos como grupo, y darse cuenta de que muchas cosas no eran tan sencillas como creían.
Los primeros chivos fueron en locales pequeños, festivales de arte, clubes, colegios y conciertos que ellos mismos organizaban entre sus conocidos. Tuvo que pasar un año de sacrificios, para que la banda comenzara a sonar en la radio, gracias al lanzamiento de su primer disco: Evolución .
“Para nosotros hubo un antes y un después clarísimo. Habíamos hecho conciertos en el Teatro Laurence Olivier, donde llegaron 70 personas, y mi mamá tuvo que darnos plata para pagar el local. Después de sacar el disco, cuando volvimos a ese teatro, ya sonaban dos canciones en Radio U ( En el éxtasis y La inocente asesina ); fue un llenazo, la primera vez que no hubo pérdidas”, recuerda el vocalista.
Experiencia. La exitosa carrera de Evolución comenzaba a andar. El grupo realizó cerca de 20 conciertos y colocó varias canciones en la radio, antes de que Balerom se marchara a vivir por un tiempo en México. Fue una pausa activa para el grupo, pues aunque estuvieron separados físicamente, no dejaron de trabajar en las futuras producciones. El vocalista grabó varios demos y regresó a Costa Rica para darle vida al segundo disco, Absorbiendo la magia , que salió al mercado en el 2001.
“Balerom estuvo tres años y medio en México, después en el 2001, llegamos Wash y yo a intentar meternos en el mercado, y nos topamos con la durísima realidad de que allá no se puede llegar como grupo desconocido. Casi ni tocamos, estuvimos como seis meses reuniéndonos con gente, tocando puertas para ver quién nos apoyaba”, detalla Moldo.
Muchas ilusiones se truncaron, pero la banda no echó atrás. Regresaron “bien fogueados”, pues todo ese tiempo allá les sirvió para hacer grupo, compaginarse musicalmente y vivir juntos esa lucha por un lugar en el mundo musical.
La escasez de sitios dónde tocar que encontraron en su regreso al país, no los detuvo para lanzar su tercer disco, Mundo de fantasía , que contenía la canción Voy por ella . El sencillo llegó a número uno en la radio y marcó un nuevo capítulo en la historia de la banda.
“Nos tomó por sorpresa; no teníamos un plan para aprovechar tanta popularidad; fue después cuando nos organizamos; tomé las riendas administrativas y pusimos un sello discográfico independiente, que empezamos a ver resultados económicos”, añade el vocalista.
De ese éxito económico y musical, surgió el empujón para grabar tres nuevos discos: Dígalo (2004) y Amor artificial (2007) y Evolución en vivo (2009). El sexto hijo discográfico no tiene fecha; aunque están trabajando en nuevas canciones, el grupo todavía no tiene claro si llegará a nacer algún día.
“Cuando una banda está posicionada con canciones conocidas, cuando llegás a un concierto, esas son las que los fans quieren escuchar. Ya llegamos al punto de que no podemos excluir a ninguno de esos temas. Es cuando uno se pregunta para qué grabar un disco nuevo”, explica Balerom.
“El disco es un formato que está quedando atrás, la gente hace clic y escucha una canción; nadie va a comprar el disco, que además es carísimo de hacer; es más barato subir una canción a Internet, grabar un EP y subirla para que la escuchen”, agrega Moldo.
Huella. Tras 16 años sobre los escenarios, el legado de Evolución al rock nacional es incuestionable. Sus canciones suenan constantemente en la radio y, al menos dos veces por mes, reúnen a cientos de fans en conciertos en bares, fiestas comunales y colegios.
La experiencia adquirida sobre el escenario los exime de pasar encerrados en tediosos ensayos. Cada chivo es para mantener a punto su sonido. Aunque ellos mismos reconocen que, haciendo honor a su nombre, el grupo ha evolucionado durante todo este tiempo.
“Hay un cambio radical. Nacimos en la pospubertad y ahora estamos entrando en la madurez. Son 16 años de tocar juntos, de ser una banda abierta en sus políticas de que cada quien sea a su manera y sin gente de afuera que te diga en cuál dirección ir”, afirma Wash.
Aunque la música de la banda también ha evolucionado hacia la inclusión de nuevos recursos, sus integrantes aseguran que su misión ha permanecido inalterada.
“En Costa Rica hemos sido parte de un trabajo cultural, junto con otro montón de bandas, que es sembrar y generar patrimonio en este país. ¿Cuál es el rock tico? El rock tico está naciendo, lo estamos haciendo”, sentencia Balerom.