Basta solo escuchar los diez primeros segundos del nuevo álbum de Calle 13 para confirmar que el verbo del grupo sigue tan afilado como siempre y, solo se necesitan los siguientes 15 segundos, para darse cuenta de que nadie escapa de su mira.
La obsesión de su país por los concursos de belleza por encima de la educación, la iglesia Católica, la violencia, los políticos, los medios de comunicación y hasta su propia casa discográfica son algunos de los blancos hacia donde apunta Calle 13 en esta ocasión.
Así de punzante es
“No nos hacemos responsables por los daños ocasionados por el contenido de este material discográfico”, dice con picardía una leyenda en el disco. Y es que el humor también es un invitado presente a lo largo de los 52 minutos de duración del disco.
El tener la lengua tan aguda ya ha metido al cantante Residente en problemas antes. No solo ha tenido que enfrentar la censura, incluso en su país, sino también su integridad física se ha visto en peligro.
“A mí me han amenazado de muerte en lugares y (aún así) he tocado. Me dijeron que no llegaría al verano. Al principio, me asusté, pero cuando pasaron tres veranos, me relajé”, le dijo Residente en entrevista a la agencia EFE.
Según el vocalista, cuyo nombre real es René Pérez, esta nueva producción ha sido el disco más difícil de su carrera y el más oscuro por su madurez que presenta.
Residente es el compositor de todas las letras del álbum, mientras que su compañero Visitante (Eduardo Cabra) es el autor de la mayoría de la música.
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Graduado en artes y cine, Pérez saca provecho de su amplio vocabulario para atacar la discriminación, los problemas de los inmigrantes y la explotación que sufren los más pobres en nuestros países.
“Siempre tengo algo que decir, aunque no considero que seamos una banda social”, le contó Pérez a la agencia AFP. Según el músico, él compara su arte con el de un juglar o poeta moderno, que retrata en sus rimas la realidad de un continente.
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“Nosotros hablamos de todo, desde las fiestas a las cosas más serias. Claro que decimos algo, hacemos lo que todo artista tiene que hacer: decir algo”, continuó.
Algunas de sus críticas se le han devuelto al grupo, como quienes ven como una contradicción que despotriquen contra Sony Music mientras siguen inmersos en el juego de la industria discográfica.
“Queremos sonar en la radio para tener plata para hacer escuelas”, le aseguró Residente a EFE. La educación es una de las causas con las que más se han identificado los miembros de Calle 13 en su peregrinar por Latinoamérica.
“Me ofrecieron un comercial por un montón de plata y no lo hicimos y luego pensé: ‘Esa plata se lo habría dado al barrio de la Perla o al barrio del Tepito’. No hay que cerrarse, que se jodan, hay que usar todo lo que tienen”, agregó Pérez en la misma entrevista.
Aunque no se consideran rebeldes, sí tienen un problema con el poder que oprime al más desvalido y el dúo levanta la voz contra él. “La lucha siempre ha sido contra el gobierno, sirviendo de portavoces para la gente. Porque es la población la que quiere decir cosas y nosotros la decimos por ella”, le dijo el rapero al diario mexicano
“Este es un disco más complejo, musicalmente”, le aseguró Residente a AFP. Precisamente en el tema
Originalmente, la argentina Mercedes Sosa iba a participar también en esta canción, pero su muerte, en octubre del 2009, se lo impidió. “Lamentablemente, no pudimos tenerla”, confesó Pérez.
No todo es veneno. En
Sin embargo, su irreverencia y contagiantes canciones les han deparado una amplia base de fans en todo el mundo y, de paso, le ha dejado diez premios Grammy Latino y dos Grammy estadounidenses a Calle 13, en solo cinco años de carrera.
El futuro pinta brillante para este dúo: termina su contrato con su disquera y, según se infiere de sus canciones, optarán por la ruta independiente, a ver ahora quién se atreve a detenerlos. “Mi disquera no es Sony, mi disquera es la gente”, dicen en