ORQUESTA DE CÁMARA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA
Director titular: Luis Diego Herra.
Solistas: Ino Mirkovic, violín (Guarneri del Gesù, Cremona, c. 1742); Milton Masciadri, contrabajo (C. G. Testore, Milán, 1690).
Cita: Concierto inaugural, Temporada 2011.
Lugar: Teatro Popular Melico Salazar.
Fecha: Miércoles 16 de marzo.
Con una dotación ampliada de instrumentistas, que alcanzó el elenco de una orquesta sinfónica plena, y bajo la dirección de su titular, maestro Luis Diego Herra, la Orquesta de Cámara de la Universidad de Costa Rica (OC-UCR) abrió su temporada de conciertos del año, el miércoles 16, en el Teatro Melico Salazar, con tres novedades.
Obras. La primera, el estreno mundial de Danza de la creación , del joven compositor costarricense Jorge Luis Alvarado Bravo (n. 1979), extracto de una serie, titulada Chamánicas (2011), que se propone la ilustración musical de cuentos cosmogónicos de las culturas cabécar y bribri de la región de Talamanca.
Según las notas del programa de mano, el compositor se apoyó de ritmos y esquemas melódicos propios de la música de estas etnias, que se grabaron in situ, para plasmar una pintura orquestal que expone sonoridades descriptivas de los mitos aborígenes de la creación del universo.
La segunda novedad correspondió al Gran Dúo Concertante para violín, contrabajo y orquesta , del italiano Giovanni Bottesini (1821-1889), compositor y virtuoso del contrabajo, en lo que, si no fue la primera, ha sido una de sus raras audiciones en Costa Rica.
Bottesini compuso la obra para dos contrabajos, pero usualmente se la escucha, como en esta oportunidad, en la versión para violín y contrabajo de su discípulo Camillo Sivori, publicada en 1880.
El programa se completó con la Sinfonía N° 4, en mi menor , opus 98, última en el género de Johannes Brahms (1833-1897), dechado del período posromántico de la magna tradición austro-germana. El estreno de la obra data de 1885.
Interpretaciones. La tercera novedad fue el debut en el país de los solistas del Gran Dúo : el violinista croata Ino Mirkovic y el contrabajista uruguayo Milton Masciadri, profesores de su instrumento respectivo en la Universidad de Georgia, quienes también impartieron clases maestras durante una corta visita invitados por la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica.
Ambos son virtuosos, revelaron consumado dominio técnico de su instrumento y obtuvieron tonos coloridos, sedosos y afinados, a la vez que mediante el fraseo cantabile de sus intervenciones mostraron apegada afinidad con el estilo operístico del Gran Dúo.
En particular, me impresionaron la afinación del registro alto del violinista Ino Mirkovic y la tersura de los timbres del contrabajista Milton Masciadri, en un instrumento que no pocas veces puede oírse con sonido bronco.
Entre los objetivos declarados de la programación de los conciertos de la temporada de la Orquesta de Cámara UCR están ofrecer un repertorio que equilibre obras costarricenses y obras del repertorio universal, sobre todo estrenos de piezas de compositores costarricenses actuales junto con aquellas del repertorio universal nunca o poco interpretadas en nuestro país.
Las dos obras comentadas cumplen plenamente con esos propósitos, pero ese no fue el caso de la Cuarta de Brahms, que en el último lustro ha figurado en dos ocasiones en la programación de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN).
Es de esperar que el director de un conjunto orquestal de reciente fundación quiera medirse con una obra fundamental del repertorio canónico, pero yo hubiera preferido que el maestro Herra programara, por ejemplo, una de sus obras, que merecen una audición tanto o más que cualesquiera otras piezas.
Con todo, Luis Diego Herra y la OC-UCR brindaron ejecuciones bastante cumplidas de las tres composiciones, bien que en la Cuarta de Brahms hallé una preponderancia desequilibrada de los metales sobre las demás secciones, con un sonido no tanto brillante como estridente.