Me incluyo en el grupo que por cuestiones etarias nunca escuchó a Michael Bolton en la radio durante su época dorada. Me es imposible, entonces, apreciar sus canciones con el componente nostálgico del cual –en parte– se sostiene su carrera en la actualidad. Sin que eso pese, al final queda más que claro que el artista mantiene un valor mucho más alto que el que ofrece la simple nostalgia.
Si bien es cierto que hay temas suyos que inevitablemente huelen a década de los 90 desde los primeros acordes del teclado, su repertorio resulta un recorrido muy amplio por el cancionero estadounidense en géneros como balada, blues, rock y, por supuesto, el pop , entre temas propios y covers que maneja al dedillo: (Sittin' On) the Dock of the Bay (original de Otis Redding), Make You Feel My Love (autoría de Bob Dylan) y la hermosa Georgia on my Mind (obra de Ray Charles), entre otros.
En cada tema, Bolton hace gala de una voz que se mantiene impecable a pesar del paso de los años. Por ello, fue un gran atino haberlo invitado a un espacio de ambiente ordenado y acogedor para escucharlo cantar. Esto, por supuesto, se vio potenciado por un excelente sonido. Además, el concierto es todo un lujo para el oído, también debido al gusto y la delicadeza con el que su banda –liderada por el saxofonista y tecladista Jason Peterson DeLaire– lo acompaña en cada canción.
Su show es el segundo de las veladas tituladas Noches íntimas , de Bac Specials; el anterior fue el de Ana Torroja en febrero pasado . Este resulta un espacio poco usual para ver artistas de renombre, especialmente cuando el nivel de cercanía es tal que Michael Bolton caminó entre las mesas de sus fans . Exigir más intimidad que eso sería pura gula.
Por otro lado, su calidad de concierto exclusivo conlleva algunas características particulares que hasta resultan muy raras, entre ellas escuchar al artista leyendo agradeciendo a los patrocinadores de la velada.
Volviendo a lo musical, el setlist de Bolton le da relevancia a las colaboraciones que ha hecho con otros artistas. Su corista principal, Kelly LeBeck, se convierte en su media naranja cuando llega la hora de los duetos. Con su voz, potente y conmovedora, hizo yunta perfecta en temas como How Am I Supposed To Live Without You y Ain't No Mountain High Enough.
Sin embargo, el punto más alto en cuestión de colaboraciones quedó en manos de la costarricense Sasha Campbell, quien además de ser parte de los teloneros, compartió con Bolton en el tema Lean on Me (original de Bill Withers).
Por su interacción, desenvolvimiento, interpretación y durante toda la pieza daba la impresión de que la nacional hubiera compartido tarima con el estadounidense en múltiples ocasiones. Como popularmente se dice: se dieron taco a taco. Merecida ovación.
En un concierto que nunca dejó de ser ameno también resultó valioso escuchar, de mi primera mano, anécdotas de un artista que ha estado en el estudio y en tarima con colegas de la talla de Bob Dylan, Adele, Luciano Pavarotti y David Foster. De la misma manera, fue sorpresivo presenciar al cantante interpretando guitarra eléctrica con gran destreza, en el tema de Robert Johnson Sweet Home Chicago , que incluso dejó el deseo de haber escuchado aún más blues en medio de tantas baladas.
Habrá quienes crean que todo pasado fue mejor, pero después de ver a Michael Bolton en una gran presentación en pleno siglo XXI, sería majadería seguir pensando que Said I Loved You... but I Lied y How Can We Be Lovers son sus únicos méritos.