Las actuaciones trascendentes de dos eximios artistas músicos estadounidenses, el maestro John Nelson, director invitado, y Rachel Barton Pine, la solista en violín, distinguieron el quinto concierto de la temporada oficial de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), el viernes 1°, en el Teatro Nacional (TN).
Inspirada por la conducción esclarecida del maestro Nelson y el virtuosismo de la violinista Barton Pine, la OSN se superó a sí misma y alcanzó uno de los desempeños más sobresalientes de que yo tenga memoria.
Johannes Brahms compuso el
Amigo íntimo de Johannes, el austro-húngaro Joachim cuenta entre los más notables virtuosos del violín de la segunda mitad del siglo XIX y, durante la composición de la obra, Brahms solicitó su consejo sobre la escritura idónea para el instrumento solo.
Desde el estreno, el
Antonín Dvorák por igual tenía estrecha amistad con Brahms, a quien admiraba con devoción. Primera de la trilogía que culmina de modo magistral su producción sinfónica, la
Con un libreto en italiano, la inclusión de un ballet denota la influencia de la ópera francesa, pero en la estructura formal del drama musical Mozart se adhiere más a la tradición de la ópera seria italiana. En 1781, el compositor dirigió el estreno en Munich, en el Cuvilliés, el teatro palaciego de los monarcas bávaros.
John Nelson y la OSN apoyaron a la solista de modo equilibrado, firme y solidario, y produjeron una sonoridad compacta, afinada y potente.
Al finalizar la obra, la ovación no se hizo esperar y, fuera de programa, la violinista complació a la numerosa audiencia con su propia y dificilísima transcripción de
Después del intermedio, el maestro Nelson y la orquesta plasmaron una versión intensa y conmovedora de la
Al comienzo, la delicadeza, la transparencia orquestal y la precisión de los ritmos cadenciosos de las danzas adornaron la ejecución de parte de John Nelson y la Orquesta Sinfónica Nacional de la música de ballet de Mozart, en lo que es probable que haya sido su primera audición en el país.