04-03-13 Club Peppers, Zapote San Jos. Concierto con la banda de power metal Finlands Sonata Arctica. Foto: Luis Navarro (Luis Navarro)
El metal con sello finlandés deleitó a cerca de 700 personas entusiasmadas por ver a Sonata Arctica , por primera vez en Costa Rica.
El lunes, el Peppers Club, en Zapote, sirvió para el debut de la banda en el país y, aunque el lugar no se llenó, sonó fuertísimo, tanto por las juguetonas melodías del quinteto como por los entusiastas aplausos y cánticos con los que los presentes respondieron ante cada canción.
La música empezó a las 8:35 p. m. con Only the Broken Hearts , el tema que abre también el séptimo disco del grupo, que salió el año pasado. Material reciente, pero bien conocido por el público: el cantante Tony Kakko no hacía más que acercarle el micrófono a las primeras filas y estas le respondían con las palabras que él buscaba, ya fuera un coro completo, el pedazo de un verso o un básico “hey, hey, hey”.
Black Sheep vio lucirse a la dupla de guitarra y teclado que tantas armonizaciones le dan a esta banda, mientras que Shitload of Money sonó ruda y potente. En The Gun , la banda sacó un poco de su lado progresivo y, en The Day, Kakko hizo gala de su prodigiosa voz. La suya es la misma garganta que ha tenido este conjunto desde sus inicios, a mediados de los años 90 y que le aporta un sello singular.
En uno de los temas en los que la gente se enardeció sin mayor esfuerzo fue con Last Drop Falls , una encantadora balada del disco Silence con atributos de tema infaltable en el repertorio.
Más tarde el guitarrista Elias Viljanen, y el tecladista Henrik Klingenberg se lucieron con sendos solos, recibiendo merecidos aplausos. En tarima ambos músicos no solo aportan virtuosismo sino también mucho movimiento, uno alternando el teclado con un keytar y el guitarrista introduciendo temas con memorables arpegios y lucidos solos.
“Es un honor estar aquí con ustedes esta noche. Tenemos que volver lo más pronto posible”, comentó Kakko en una de sus intervenciones. Esto fue poco antes de levantar una bandera de Costa Rica con el símbolo de Sonata Arctica pintado encima.
Repaso. Sonaron otras canciones como Paid in Full y Losing my Insanity , un tema de coro intenso y contagioso. Sin embargo fue con los temas Full Moon y Replica que el aforo enloqueció y terminó por desgalillarse. Ambos temas, con tintes de clásicos de este grupo, fueron de los más celebrados aunque también eran un preámbulo de la despedida que se aproximaba.
Sonata regresó a su más reciente disco para interpretar Cinderblox y luego regresó en el tiempo a su disco Reckoning Night para tocar Don't Say a Word .
El concierto acabó con un pequeño, pero rápido canto que repetía “we need some Vodka”, que terminó aportando más emoción al cierre, aunque el grupo hizo caso omiso a la súplica del público de que interpretaran otro tema más.
A las 10 p. m., la Sonata llegó a su final tras un memorable debut en suelo tico .