Luego de siete años que comenzaron como una luna de miel y concluyeron en tensas relaciones con los músicos, Choséi Komatsu le pondrá punto final a su era como director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), con la certeza de que Costa Rica lo hizo un mejor profesional y una mejor persona.
La última vez que el público costarricense lo verá frente a la agrupación será la mañana de este domingo, durante el XII Concierto de la Temporada Oficial, que se realizará en el Teatro Nacional.
La salida se da por voluntad propia. Esta decisión trascendió desde el 2008, cuando el artista dio a conocer que no renovaría su contrato, lo que llevó a los directivos de la Sinfónica a iniciar un nuevo proceso de selección que comenzó en el 2009 y que a la fecha no ha terminado.
Tras estos siete años, Choséi Komatsu deja como legado su participación en 44 conciertos dentro de la temporada oficial, dos giras nacionales y una internacional, que llevó a la agrupación a Japón para dar cinco presentaciones, en el 2005.
Pese a esto, para la crítica el desempeño del artista durante todos estos años no ha sido satisfactorio.
“Komatsu no deja la OSN en mejor condición, en cuanto a sonoridad, cohesión y rendimiento, como la que encontró cuando asumió la dirección titular. Su desempeño ha sido irregular. La principal queja ha sido que los ensayos no rendían los resultados que la OSN podía alcanzar. No introdujo mucho repertorio nuevo, aunque sí dos obras importantes de Mahler: la segunda y la tercera sinfonías”, dijo Andrés Sáenz, crítico de La Nación .
Adicionalmente, desde el 2007 el nivel de tensión en las relaciones entre músicos y el director de la orquesta aumentó, cuando se dio a conocer una encuesta en la que el 71% de los integrantes de la orquesta no estaba de acuerdo con la continuidad del director titular.
Viva consultó a varios de los instrumentistas de la Sinfónica sobre la relación actual entre ambos bandos; sin embargo, la mayoría no quiso referirse al tema.
Más allá del tema de las relaciones, lo que no queda en duda para ninguno es el hecho de que su presencia en la orquesta facilitó la participación de prestigiosos solistas, como la violinista Midori Goto.
Para Komatsu, el tema de la crítica no es algo que le preocupe y, por el contrario, dice que se va satisfecho, puesto que cumplió los logros que había prometido. Sobre los buenos y los malos momentos en el país, el japonés conversó con Viva .
¿Cómo se siente dejar el cargo después de siete años en la OSN?
Estoy muy agradecido con los músicos y con todo el equipo de la orquesta, por todos los momentos maravillosos que me han dado, porque al venir a este país asumí el reto de darle un repertorio nuevo a la orquesta y eso lo logramos.
Cuando asumió su puesto, usted dijo que quería hacer madurar a la Sinfónica Nacional, ¿cree que consiguió este objetivo?
Desde luego que lo hice, porque incluimos obras muy retadoras de Dmitri Shostakóvich, Johann Strauss y Gustav Mahler; de hecho, de él tocamos las primeras cinco sinfonías y la novena.
¿Cuáles fueron sus principales aportes a la orquesta?
Establecí un buen trabajo a nivel del ensamble; además, conseguí la participación de solistas de primer nivel como Midori Goto. También logré una proyección internacional y nacional con la orquesta, como la gira a Japón, los conciertos de extensión en el interior del país y los conciertos escolares.
¿Qué metas quedaron pendientes de este proceso?
Considero que estos años estuvieron llenos de muchas cosas, de las cuales me siento satisfecho con todo lo que pudimos hacer.
¿Qué fue lo mejor que vivió en Costa Rica?
Tengo muy buenos recuerdos y muy buenos amigos; sé que si regreso voy a poder contar con ellos. Después de estos siete años en Costa Rica, sé que soy un mejor director y una mejor persona.
¿Cómo lo cambió este tiempo?
Hace siete años yo decía que podía entender las obras; sin embargo, ahora puedo sentirlas más cercanas y hasta parte de mí.
¿Cuán difícil fue adaptarse a una orquesta de un país que era desconocido y con una manera de trabajar distinta a la suya?
Al principio, fue muy difícil, porque resaltaban mucho las diferencias entre nuestras culturas; sin embargo, luego de la gira a Japón, los músicos y yo nos convertimos en uno solo, porque nos centramos más en la dedicación a la música.
“Una de las cosas más difíciles de desarrollar al principio fue el proceso de proponer solistas invitados, porque tenía que hacerlo con tiempo para ganarme la confianza de la orquesta y la audiencia, porque al ser novedosas producían dudas”.
¿Cuál fue el momento más difícil que ha tenido frente al grupo?
Quizá cuando me asaltaron en el 2004; pero creo que es una cosa del destino, me tenía que suceder.
¿Cambió ese incidente su manera de ver al país?
No cambió mi concepto de ver al país, pero sí me hizo reflexionar sobre la responsabilidad de enseñar a los jóvenes a usar instrumentos musicales en vez de armas.
La crítica cuestionó su desempeño. ¿Le preocupa eso?
No. Siempre he sido mi propio crítico.
¿En algún momento pensó retirarse antes de tiempo?
No, nunca pensé en eso, yo sabía que tenía una responsabilidad muy grande y que tenía que asumirla, nunca pensé que tener diferencias con los músicos me iba a llevar a renunciar a mi trabajo.
Pese a esto, algunos músicos dicen que usted no logró tener una relación cercana a ellos...
En algún momento sí tuvimos diferencias; sin embargo, hablamos y se les explicó que yo apuesto a eficiencia en los ensayos, así que pudimos acoplarnos más. De hecho, en los últimos dos años hemos tenido un trabajo muy productivo.
Si pudiera devolverse en el tiempo, ¿cambiaría algo de su trabajo?
No me gusta suponer estas cosas, eso es querer ser como Dios. Pienso que todo lo que tenía que pasar, sucedió por una razón.
¿Qué le recomienda a la orquesta tras su salida?
Ellos están en un buen momento; yo les aconsejo mantenerse en ese nivel de calidad mundial que tienen ahora, porque hay muchos jóvenes músicos para los que son su inspiración.
¿Qué le sugiere al futuro director de la Sinfónica?
Le diría que va a tener una orquesta increíble, en buena forma.
¿Volvería a la orquesta?
Si los horarios y los calendarios coinciden, claro que volvería. Costa Rica es muy importante para mí.
¿Cuáles son sus proyectos tras este último concierto?
En el 2013 tomaré un cargo; sin embargo, no puedo hablar de eso. Además, trabajaré en proyectos en Europa, China y Japón.
Son muchos proyectos en Asia, ¿tenía una necesidad especial de regresar a sus tierras?
Sí, este año me casé y ahora vivo en Tokio.