Corría el año de 1979 cuando Martín Valverde, a sus 16 años, escuchó una frase que, al día de hoy, no olvida: ‘Jesús te ama’.
Esas palabras salieron de la boca de su hermana Grettel (qdDg), y llegaron para cambiar drásticamente su vida. Eso sí, todo con calma y sin caer en el fanatismo.
A partir de ese momento, el costarricense comenzó a cantarle a Dios y su pegue fue tal que ahora es uno de los cantantes cristianos más famosos del habla hispana.
Valverde vive en México desde 1985; allí encontró al amor de su vida y crió a sus hijos. Sin embargo, Costa Rica sigue presente en su vida y, por eso, cada vez que puede, se da una escapadita para compartir con los ticos, especialmente con los jóvenes.
“Me gusta trabajar con la juventud porque, en esa edad, uno necesita una guía, alguien que sepa orientarlo, y si yo puedo ayudarlos, lo haré”, aseguró el artista de 51 años.
El cantante está en el país para ofrecer hoy la charla Descubriendo el don de la discapacidad , en donde compartirá su experiencia con su hijo. Además, estará un campamento juvenil del 25 al 27 de julio en La Montaña Christian Camps de San Ramón, Alajuela.
Usted aprovecha su popularidad para ayudar a los jóvenes a acercarse a Dios. ¿Por qué?
Cuando una persona tiene entre 12 y 13 años, se les quiere vender absolutamente todo porque lo que compren a esa edad no lo sueltan nunca. Eso incluye la fe; si a esa edad logran descubrir que hay algo más, vivirán con esa idea por siempre y creerán en ello. Con esto no quiero decir que busco que todos sean fanáticos al extremo, pero sí es una oportunidad única para decirles que hay algo más que lo carnal.
”Personalmente, creo que la juventud tiene un bombardeo social y tecnológico que pretende que ellos dejen de pensar, se dejen de llevar por la multitud. La juventud de ahora se resume en un libro que se abre y queda sin leer. Eso es una lástima, pero, por dicha, se puede cambiar y mejorar”.
¿Qué mensaje quiere transmitirles a los jóvenes?
Lo que les digo es esto: ‘Si ustedes no quieren creer en Dios, no pasa nada, pero crean en ustedes mismos, porque alguien que no cree en sí mismo es inútil y eso no le sirve ni a Dios ni al Diablo’.
Más que un mensaje católico, lo que les da es una lección de vida...
Sí, yo no soy tan fanático como para ver a todo el mundo con cara de Biblia. Lo que hago es darles una opción de vida, no una única salida. Mandarlos al infierno, se hace en dos toques, pero mandarlos a vivir es otra historia. No hablo del cielo, sino de vivir.
En esas edades, aparecen todo tipo de tentaciones. ¿Cómo hacer para no ‘descarrilarse’?
Hay que poner señales de tránsito ( risas ). Si se cayó, levántese y, si le duele, sóbese. Es bien sabido que, sin hablar de una religión en específico, se maneja una teología que exige que quien cometa un error sea condenado. Eso no es así.
”Creo que lo que hay que hacer es acompañarlos, dejar de pensar en si se descarrilan o no; más bien enfocarse en cómo ayudarles cuando se salgan de la carretera. Además, siempre he creído que ese tipo de caídas, dejan enseñanzas, porque bien dicen que no hay pecador sin futuro, ni santo sin pasado”.
Sin embargo, para un joven que vive en un mundo como el de hoy no debe ser fácil entender qué es lo correcto e incorrecto para la Iglesia...
Yo he vivido en un estado laico y eso me ha enseñado a que hay que respetar las expresiones de la sociedad. Cuando el presidente (Luis Guillermo Solís) izó la bandera gay en la Casa Presidencial, las reacciones no se hicieron esperar. La gente olvidó que uno no es nadie para juzgar nada. La iglesia no debe de influir en la mente de los niños ni jóvenes, ni viceversa. Cada quien debe de tener un pensamiento que no irrespete a los demás.
Hábleme de la charla Descubriendo el don de la discapacidad .
Nuestro hijo tiene parálisis cerebral y la idea es compartir nuestra experiencia de familia y de profesionales.
”Lo que hablaremos es un secreto a voces; vamos a dejar claro la popular frase que dice que ‘para niños especiales, padres especiales’. Sin embargo, nosotros entendemos que para llegar a entender esas palabras, se debe pasar el duelo”.
También hará un campamento por primera vez en el país. ¿En qué consistirá esta actividad?
En acercarnos. Todos se van a divertir, porque hay cosas que jamás se esperan. Para muchos, el solo hecho de sacarlos del virtualismo es ganancia, algunos hasta llegarán a decir: ‘Ah caray, hay oxígeno’. Mi campamento es un confrontación; si se enojan, se enojan. Pero sé que saldrán de allí con buenas ideas en la cabeza.
¿Por qué hace este tipo de charlas y campamentos?
Yo siento que hago esto como parte de un llamado y por salud mental porque pensar en la guitarra todo el tiempo no es sano. Las grandes canciones salen de grandes convivencias o de grandes soledades; compartir con la gente, escuchar sus historias de primera mano, es fenomenal.
”También lo hago porque fue una herramienta que me ayudó a ami a acercarme a Dios . Sin duda, es desintoxicante; por más arte cristiano que sea, es arte y depende del mercado. Este tipo de actividades me hace sentir más humano y me hace ver que la verdad siempre puede superar a la ficción”.