Empezó con la tele. Hace más de 20 años, ya había una generación de niños y adolescentes sentados frente a la pantalla descubriendo su primer juego de Nintendo o enganchándose a alguna serie de animación japonesa.
En esa época, las convenciones de cultura geek se hacían en otros países. Abundaban incipientes bandas de rock nacionales, pero ninguna de ellas habría sugerido, en ese entonces, organizar un concierto para oír el tema de Dragon Ball o la música de los videojuegos de Mario Bros .
Para poder oír música de series de animé había que prender la tele; para poder oír la música de los videojuegos también.
“Nosotros hicimos en el 2003 el primer festival de animé y cosplay”, recuerda Jorge Céspedes, una de las cabezas detrás de la productora Imperio Animé. “No había ninguna banda, ni de garaje ni profesional, que tocara este tipo de música”.
El panorama ha cambiado mucho en los últimos dos años. De los escenarios de las actividades para fanáticos de la cultura friki han desaparecido los adolescentes apasionados por cantar como si fuera un karaoke .
En su lugar, quienes ahora se presentan se toman su pasatiempo con la seriedad que cualquier otro músico: ensayan semanalmente, buscan el arreglo preciso para sus instrumentos y son tan geeks y otakus como el público que los escucha.
Desde el ‘metal’. Los integrantes de Nimrod 16 trazan su origen hasta una noche de pizza, que ocurrió el año pasado.
Tanto el guitarrista Iván Rojas como el baterista Pablo Segura habían participado antes en bandas de covers .
Rojas, por ejemplo, había prestado su instrumento a Wings of Eternia, la cual estuvo presente en los circuitos de festivales a finales de los años 2000.
Su bajista, Andrés Pérez, se acercó a ambos por afiliación: los tres se reconocían en medio de discusiones casuales en los muros de Facebook de conocidos.
La idea de dedicarse a arreglar temas de videojuegos nació de la necesidad de destacarse en la escena de la música geek nacional.
Así tomaron el nombre de Nimrod, de la primera computadora que se creó exclusivamente para jugar un videojuego y añadieron el número 16 para hacer alusión a las consolas viejas de 16 bits.
“Primero era como vacilando. En el ambiente nacional siempre hay covers de animé, pero a nosotros lo que nos gustan son los videojuegos. Ese día dijimos que tenía que ser de eso”, cuenta Rojas.
El sonido que querían tomó forma desde el sonido de las bandas de rock y metal a las que admiran: en inglés a Iron Maiden, Mastodon y Tool; en español a Mägo de Oz y en japonés a X-Japan.
De hecho, el metal ha sido el género que ha inspirado a la mayoría de agrupaciones de covers .
En el caso de las versiones que ofrece Bolki , el grupo toma la melodía original y la inyectan con las guitarras distorsionadas y la interpretación vocal estruendosa del heavy metal .
La banda hizo su primera presentación en el último Festival Kamen, en julio, con un show con proyecciones de las series a las que hicieron homenaje, entre ellas, Caballeros del Zodiaco , Dragon Ball , Naruto y Death Note .
“Yo lo que quiero vender es una idea que no existe acá”, asegura el vocalista de Bolki, Fabbian Bonilla, quien asume frente al público la identidad de F7.
Antes de aventurarse a formar una banda de tributos, Bonilla ya había tomado experiencia musical tocando con Colemesis, una banda que formó hace 25 años.
El nuevo proyecto, explica, llegó para motivarlos a producir espectáculos que no tienen espacio con los fans del heavy metal.
En lo que lleva del año, Bolki ha hecho versiones tanto de música de videojuegos y series –incluyendo una versión del tema de Game of Thrones– como también piezas propias, todas ellas inspiradas en sus pasiones geek .
Primero la música. En el caso de las bandas geek de covers , el fanatismo hace al músico.
El material que ha tomado Nimrod 16 para sus arreglos musicales proviene de las horas que sus integrantes han invertido jugando frente a la pantalla.
Cuatro meses después de unirse, tenían lista una versión original de Corridors of Time , tema del juego de la consola de Super Nintendo Chrono Trigger .
El videojuego de rol de 1995 es reconocido como uno de los mejores de la historia y, de paso, es el favorito del bajista.
“Yo juego en compu. Más que nada son juegos viejos. No soy muy fan de los nuevos”, confiesa Pérez. “Lo que juego lo hago en emulador”.
En la misma línea han continuado creando versiones propias, inspiradas en las melodías originales de franquicias de juegos retro como Street Fighter y Final Fantasy , The Legend of Zelda y Castlevania . Son videojuegos que los músicos disfrutaron en su niñez y adolescencia.
Nostálgicos por el animé de sus propios años de colegio, la banda Hentai Franky tomó su nombre de un personaje de One Piece . La ironía es que todavía no han tomado ninguna melodía de esa serie para interpretarla.
Para crear su música se basan en los gustos particulares de sus siete integrantes: temas de historias fantásticas como Caballeros del Zodiaco, Digimon , Dragon Ball o Elfen Lied .
El éxito de sus presentaciones lo relacionan a la creciente esfera de actividades para fans de la cultura japonesa, tanto los grandes festivales de Imperio Animé como conciertos más íntimos organizados en bares y cafeterías.
“En los eventos pequeños, la gente va a ver las bandas y se meten más en el concierto. En los eventos grandes, lo principal son los cosplays y las bandas pasan a un segundo plano”, explica Alex Jiménez, guitarrista del grupo.
La música, sin embargo, continúa siendo la experiencia principal para estas agrupaciones. El sonido es el vehículo de los recuerdo que unen a su público.
Aunque todos han buscado usar sus perfiles en Facebook, Soundcloud y YouTube para que otros los escuchen fuera de los festivales, están seguros que no hay mejor lugar para oírlos que justo ahí: inyectados junto al resto de fanáticos que comparten sus mismo gustos.