La espera fue larga; no obstante, cuando a las 7:12 p. m. apareció Residente con su tradicional ropa deportiva y un torrente de energía, todos olvidaron las molestias y comenzó la fiesta con el
No fue necesario que pasara mucho tiempo para que el cantante de Calle 13 se moviera por todo el escenario, dueño y señor de ese concierto, y el público, seducido como los ratones oyendo al flautista de Hamelín, coreaban y bailaban.
“¡Yo quiero ver esas manos arriba!, ¿estamos vivos, Costa Rica?”
Sin pausa, llegó el segundo tema:
Como si se nutriera de la buena
“Vamos a cambiar las cosas, para que mejoren”, dijo, y de inmediato llego ese merengue fusionado con
Desde el público voló una camiseta con el mapa de Costa Rica que llegó a manos de Residente y él, con respeto, la tomó, y la puso en un sitio de la tarima donde todos pudieran verla. Uno de esos temas con aire político siguió en su repertorio,
El tiempo volaba y, entre la adrenalina y el calor del público, el líder de Calle 13 se quitó su camiseta, para deleite de muchas jóvenes.
Luego Residente se dio el lujo de bajarle el tono a la noche, para cantar un tema pausado, la balada
Pero la euforia solo crecía y los puertorriqueños ofrecieron la
René no perdió oportunidad de interactuar con el público, los puso a leer una pancarta y hasta subió a la tarima a Ivonne Vargas, una muchacha del cantón de Vázquez de Coronado, San José, quien celebraba con sus amigas su despedida de soltera. Ella, con su velo y una camiseta que pregonaba que iba a casarse, bailó con Residente. Una noche que no olvidará, y tampoco su prometido, José Luis Uribe.
Costó mucho que se autorizara a los periodistas permanecer en la zona del concierto; mas fotógrafos y camarógrafos no tuvieron tanta suerte y debieron salir del lugar.
El concierto empezó a las 3:37 p.m., con los nacionales Los Garbanzos, quienes salieron con pelucas
Tras una pausa de 25 minutos, siguieron los panameños de Los Rabanes y el público se entusiasmó con su famoso tema
Los panameños dijeron adiós a las 5:45 p.m., tras gritar que estaban “en la mejor fiesta que hay en Centroamérica”. Ahora sí: seguía el plato fuerte del día: los irreverentes Residente y Visitante de Calle 13.
La locura tuvo su epílogo a 8:50 de la noche y el público salió satisfecho; las muchas horas de espera eran ahora solo un vago recuerdo.