La banda mexicana Café Tacvba volvió a prender la llama de su música en Costa Rica, el jueves, en el primer concierto que ofrece en el país desde el 2009, esta vez en el Gimnasio Nacional, en La Sabana.
Con el recinto medianamente lleno, el cuarteto decidió trazar escalofríos en los presentes al interpretar la gran mayoría del cancionero de El objeto antes llamado disco , su más reciente álbum (publicado a finales del 2012), del cual resonaron tonadas como Pájaros , Del otro lado del camino , Aprovéchate , Andamios y Volcán .
No eran las canciones más conocidas por el público local, pero la precisión de la puesta en escena y el don de simpatía de la banda fueron suficientes para hipnotizar y, por qué no, también adentrar a la gente en un álbum que demuestra la evolución consecuente del arte que producen esas cuatro mentes brillantes y humildes de la Ciudad de México.
En Agua , Rubén Albarrán (el Zopilote, como se hace llamar actualmente) agradeció a los espíritus de los bosques del país, y deseó que se conservaran por siempre.
Sin embargo, la fiesta no era únicamente para las nuevas canciones; cuatro años habían pasado desde que nos deleitaron con temas como Las flores , La ingrata , Chilanga banda , Eres y Volver a comenzar , y el jueves fue momento para bailarlas de nuevo, gracias a la intocable fogosidad de Café Tacvba en directo.
El acorde justo, las cuerdas desgarradoras, el ritmo imparable y el ciclo nómada del amor que se transmite en cada uno de los segundos en los que cuatro genios de esa estirpe se colocan en el mismo escenario es invaluable y, por lo tanto, memorable hasta decir basta.
El baile y el salón , tercera canción del espectáculo, y uno de los temas más instantáneos de la banda, se volvió a colocar como uno de los puntos más altos de cualquier concierto de Cafeta –como le dicen con cariño–, rescatando el poder alucinante de las melodías y el baile como antídotos naturales y combustibles indefectibles del amor en todas sus facetas.
Esa es su razón de ser y uno de los motivos por los que su música es alabada aquí y en China –literalmente–: la conexión del ser con sí mismo, con los suyos, con su alma, con la humanidad y con la Tierra.
Poco menos de dos horas duró el show , que culminó a eso de las 11:20 p. m., hora a la que sonaron los últimos acordes de La chica banda , tocada exclusivamente con el propósito de “mover el esqueleto”, según Albarrán.
Con tan infalible himno, y la promesa de mover cuerpo, mente, alma y corazón cumplida, el suelo del Gimnasio Nacional ya no daba abasto; lo soberbio del acto presenciado había sido suficiente como para esperar a Cafeta de vuelta el tiempo que fuera necesario.
A celebrar. Una vez finalizado el concierto de Café Tacvba en La Sabana, hubo una fiesta en El Steinvorth, en San José, en la que LePop tocó por primera vez en dos años; allí también merodearon integrantes de Café Tacvba.
Media hora duró su vibrante puesta en escena, durante la cual la banda estrenó baterista y repasó algunas de las canciones contenidas en Bendito televisor , su primer y único disco publicado. Esa noche, también sonaron las mezclas del mexicano Alejandro Franco.
Stella Peralta, vocalista de la banda, le comentó a la revista Warp Costa Rica (organizadora de ambos eventos, que forman parte del Warp Weekend) que no cree que se le dé continuidad al proyecto, dando a entender que el concierto de El Steinvorth bien pudo haber sido un recuerdo fugaz de su música.
El Warp Weekend continuó la noche del viernes con la proyección de la película de LCD Soundsystem, en el cine Magaly, y terminará hoy, con un concierto con las bandas locales Passiflora, Florian Droids y Colornoise, y los actos mexicanos Centavrs y Little Jesus.