Björk: una mujer sin barreras

Mucho antes que los atuendos extraños estuvieran de moda y que lo raro se convirtiera en la norma, la cantante islandesa Björk ya andaba dejando con la boca abierta a todo el que le pusiera atención.

Será el domingo 25 de marzo, cuando los costarricenses la tengan en el centro del escenario del Festival Imperial y puedan ser testigos de primera mano de su fuerza creativa.

Fue en la década de los 90 en la que esta diminuta y excéntrica artista rompió muchos de los esquemas conocidos hasta el momento, en especial con sus videos, que incluían desde un oso de peluche gigante y justiciero en el bosque (Human Behaviour, 1993), a un gorila dentista (Army of Me, 1995). En el mundo de Björk todo parecía posible y sobre todo se veía normal.

De esta forma, la cantante y compositora llegó a convertirse en una de las principales exponentes del género alternativo durante esa década, y ha vendido a la fecha más de 15 millones de discos en el mundo, según su disquera One Little Indian.

Su estilo musical se caracteriza por ser una mezcla en la que también todo es posible, desde música electrónica hasta jazz y más; en la música tampoco existen las barreras para ella.

Inicios. Su carrera se remonta a su natal Reikiavik, la capital de Islandia, uno de los países ubicados más al norte en el planeta Tierra.

Nacida con el nombre de Björk Guðmundsdóttir, desde muy joven dio claras señales de su prodigio musical. A los 11 años, uno de sus profesores envió una grabación suya a la única estación de entonces en Islandia y se convirtió en un éxito.

A este triunfo le siguió el ofrecimiento de un contrato discográfico, que incluyó lo que fue su primer álbum que llevaba su nombre y que salió en 1977, cuando ella tenía solo 12 años.

Aunque el disco gozó de buena aceptación, la inquieta joven decidió embarcarse en nuevas aventuras y formar distintas bandas, con propuestas que iban desde el punk hasta el dance.

Fue precisamente como parte del grupo Sugarcubes, que la vocalista y sus compañeros empezaron a trascender las fronteras de su isla de hielo.

El grupo se formó en 1986 con un estilo de rock alternativo, y produjo cuatro discos que cosecharon elogios por parte de la crítica especializada. Sin embargo, para 1992 cada uno de sus integrantes empezó a concentrarse en proyectos personales, lo cual derivó en su separación.

Björk se mudó a Londres y se adentró en la escena bailable de los clubes londinenses, los cuales influenciaron sus primeros trabajos como solista.

En 1993 lanzó el disco Debut, pese a ser el segundo de su carrera, pero el primero lanzado a nivel internacional. Sencillos como Human Behaviour y Big Time Sensuality la presentaron con una audiencia global.

Este último se convirtió en su primer sencillo en alcanzar el número uno en las listas de música bailable de la revista Billboard, lo cual ha logrado en dos oportunidades más.

Su paso ascendente continuó en 1995 con la salida del disco Post, que se convertiría en uno de sus mayores éxitos comerciales, obteniendo certificación de platino en territorios como Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá, entre otros.

Este éxito estuvo impulsado por temas como Army of Me y It's Oh So Quiet, que la convirtieron en una visitante frecuente de canales como MTV.

Con estos dos primeros trabajos, Björk se llenó también de premios, como el Brit a la mejor artista revelación, los premios de la música islandesa y danesa, así como MTV Europa y MTV de Estados Unidos. Aunque ha estado nominada al Grammy en 12 ocasiones, nunca lo ha ganado.

Después de publicar un álbum con remixes de sus temas más conocidos, la artista dio un giro a su sonido con Homogenic (1997), uno de sus álbumes más experimentales y con el que dejó claro que su meta no estaba en llegar al primer lugar de ventas.

El director danés la enlistó para escribir las canciones de su filme Dancer in the Dark y, al final, la convenció de que ella debía ser parte del dramático musical.

De paso, Björk protagonizó uno de los momentos más inolvidables de las alfombras rojas, al llegar con el emblemático vestido de cisne a la entrega de los premios Óscar, en el 2001, en medio de fuertes críticas. Esa impresión fue tan fuerte que algunos aún hoy día la recuerdan como la que llegó vestida así a los Óscar. A ella poco le importó.

De regreso a la música, su tendencia experimental siguió con trabajos como el etéreo Vespertine (2001), el vocal Medúlla (2004) o el colorido Volta (2007).

Sigue la revolución. Su más reciente producción, es quizás una de las más experimentales de su carrera. Se trata del álbum Biophilia, publicado a mediados del año pasado, y que, además, está planteado como una herramienta de educación musical, en la que la persona que la escucha puede ser más que un oyente y ser parte del proceso creativo de lo que suena.

Para lograr a este objetivo, la islandesa recurrió a un equipo de expertos en el desarrollo de aplicaciones, para que la gente pueda descargarlas en dispositivos como el iPad para vivir la experiencia completa.

El disco también está disponible en formato físico y en descarga digital. Björk y su equipo se han encargado de regalar copias a algunos museos que se comprometan a usarlos en la educación musical de niños.