No era de extrañarse que el salón Greco del hotel San José Palacio estuviera a reventar esa noche.
Su escenario estaba listo para ser ocupado por tres importantes exponentes que con su música rinden tributo al romanticismo.
Los nacionales de Gaviota, el panameño Cutito Larriñaga y el español Juan Bau –en ese orden- fueron apareciendo para llevar serenata a los ahí presentes, en especial, a las festejadas de la noche: las madres.
El evento comenzó puntual, y a las 8:30 p. m., con casi la totalidad de las 660 personas ubicadas en sus respectivas mesas (el cupo era limitado). Gaviota dio la bienvenida con un repaso por sus temas, con los que se ha ganado la admiración y cariño de los ticos.
Después de una hora, los compatriotas abandonaron el escenario para darle paso a Larriñaga, quien tan solo necesitó su guitarra acústica y a un compañero con guitarra eléctrica -que le servía “de fondo”- para deleitar a la audiencia.
Luego de 14 temas, se despidió para que Bau, el más esperado de la noche, tomara posesión del sitio al que se dirigían todas las miradas.
Sin pronunciar palabra, y en un arrebato de euforia por los aplausos, tiró su saco y se zafó la corbata para hacer gala, de forma más cómoda, de sus dotes como bailarín al interpretar
Varias de las ahí presentes, que se nota le seguían desde décadas atrás, se acercaron, con cámara en mano, hasta colocarse en el borde del escenario, a los pies del interprete. Bau no hizo más que darles sus mejores poses y hasta se agachaba detrás de ellas para quedar en la foto que otros les tomaban.
Al concluir el tema, se dirigió al público con tres “buenas noches”, cada uno más eufórico que el anterior. “¿La están pasando bien?”, preguntó. “¡Pues la seguiremos pasando así!”, exclamó el intérprete.
Su repertorio siguió con
Agradeció el estar de nuevo en San José y como presentación de
“Estábamos terminado un concierto en Bogotá, Colombia. Y caminando hacia el hotel, uno de mis compañeros pateó una caja y vimos salir de ahí a un niño que nos pidió lo dejáramos dormir. Ahí nació esta canción”.
Gaviota, que lo estuvo acompañando desde el inicio, abandonó el escenario. Juan Bau quedó solamente en compañía de su director musical al teclado.
En una atmósfera más íntima, el español interpretó varias baladas que generaron suspiros. Entre ellas, las esperadas
Luego, regresaron los nacionales para llegar ala etapa final de
Para el final, Bau dejó su éxito