Aquella faceta a la folk criollo de Balerom como solista, que se dio a conocer hace más de 10 años, tenía rato de no mostrarse. Él le llama a ese estilo nuevo folclor costarricense y lo retoma en su nuevo disco, Cortando el viento.
Es el sexto material de Andrés de la Espriella –su nombre de cuna– sin su banda Evolución, la cual actualmente se mantiene inactiva sin un futuro claro. Empero, Andrés camina (o corta el viento, que es lo mismo) siempre hacia adelante, y ha trabajado en esta obra durante más de un año.
“Le vendo (su segundo álbum como solista) salió en el 2004 y, desde entonces, no sacaba un disco en esta línea. Los otros han sido más tirados al rock, pero hace tiempo estaba con la inquietud de quererlo hacer y los astros se alinearon”, comentó.
No tiene manera de explicar las letras de estas nuevas canciones, en las que su voz se acompaña de guitarras acústicas, un violonchelo y un violín, interpretados por Ricardo Ramírez y Sonia Bruno, respectivamente.
Alega que es un disco introspectivo y que pretendía hablar de emociones universales de manera indirecta.
El primer corte, Nada me pertenece (cuyo video puede verse arriba), muestra justamente eso: un Balerom que más allá de explicarse quiere conectarse; un Balerom maduro e irremediablemente enlazado a la cultura costarricense desde todos los vértices.
“Hay un sentir que es costarricense. No te lo puedo explicar; no sé si es por un la menor o por los tres rasgueos típicos de la música costarricense. No sé, es como que ser costarricense es un sentir”.
El disco es, entonces, el producto de una complicidad prolongada con la cultura del país. “Llevo 15 años de estar tocando por todos los pueblos de Costa Rica; me rozo con la gente, converso y voy entendiendo cuál es el sentir de ser costarricense en toda la esfera social”, declamó el artista.
Cortando el viento está disponible en la Librería Lehmann de San José, al igual que la edición física de Viaje salvaje (2013), el último disco de Evolución. Ambos discos estarán pronto a la venta en todas las Lehmann del país.
Balerom presentará el material y compartirá con fans en la Lehmann de San José esta tarde, a partir de la 1 p. m. El viernes se presentará en el Sesteo, en Belén; el sábado lo hará en Jaulares, en Alajuela; y el domingo tocará en la Feria del Catie, en Turrialba.
Pausa. Evolución –el grupo con el que Balerom se dio a conocer desde la década de 1990– ofreció pocos conciertos en el 2014 y, en diciembre, se presentó por última vez en El Observatorio. Desde entonces, el trío se ha declarado en inactividad indefinida.
“No sé qué va a pasar; el tiempo acomoda las cosas de otra forma”, afirmó. “Yo estoy harto porque son muchos años de trabajar en esto y las diferencias van pesando más. El mismo público que te viene a resentir que no seguiste es el mismo que no quiso comprar el disco nuevo y que quiso casarse con el Evolución de 1997, y nosotros ya no somos eso”, agregó.
El baterista Wash –que no participó en la gira del 2014– y el bajista Moldo se concentran en otros proyectos, mientras Balerom no deja de trabajar, ya sea en música, en ropa o hasta en plataformas de venta de productos en Internet.
El grupo –considerado uno de los más relevantes de la escena local– deja, hasta el momento, una discografía de siete obras y gran cantidad de éxitos en el país y experiencias en el extranjero, las cuales Balerom rememorará para intentar mover este nuevo material en suelos internacionales.
“Para mí, Evolución representó crecimiento musical y aprendizaje en todo sentido, desde el punto de vista de las desilusiones que se tiene que llevar uno para entender cómo son las cosas en la industria musical, y la satisfacción que deja cada una de las etapas que vas cumpliendo. Aunque mucha gente decía que no se podía, sí se podía”, concluyó.