El trabajo de la agrupación Bajofondo se sale de la norma: trabaja con una tradición musical como el tango, pero lo fusionan a su gusto para recorrer nuevos caminos. Así lo ratificó Luciano Supervielle, en la conferencia que el grupo ofreció ayer, en el Days Hotel.
El grupo se bajó del avión que los trajo al país desde Medellín, Colombia, y lo primero que hicieron Juan Campadónico, Gustavo Santaolalla y Supervielle fue atender a la prensa.
En esa ronda de preguntas y respuestas, los músicos comentaron que saben que tienen un estilo propio con el que marcaron el Río de la Plata y mucho más allá. Ese mismo estilo es el que prometieron compartir esta noche, en Jacó , y mañana, en el club Vértigo, en San José.
¿Por qué ir a dar un concierto a Jacó? Los tres ofrecieron encantados una respuesta sencilla: porque les encantó el Pacífico costarricense, que descubrieron en el 2008, cuando se presentaron por vez primera en el país.
El objetivo de esta delegación de artistas argentinos-uruguayos es viajar hoy a Garabito, pasar parte del día en una playa cercana y dar concierto por la noche.
Aunque habrá playa, lo importante para ellos son los conciertos: su encuentro con los seguidores. Para Campodónico, el momento en el que están con su público es cuando verdaderamente culmina el proceso de hacer música.
“Nosotros tenemos un
Además, trabajan a la distancia en muchas ocasiones, coinciden en distintos rincones de planeta para tocar y lo hacen como si fuera el pan de todos los días.
Cuando existe tanto trabajo, se vuelve importante mantener un balance entre lo profesional y lo personal, aunque, en ocasiones, la balanza siempre termina con más peso en el área profesional.
“Salir de gira es una cosa que tiene una incidencia profunda en tu vida personal, uno tiene que aprender a vivir con eso”, aseguró el tecladista Supervielle.
Sin embargo, alcanzar ese balance ideal es posible y Santaolalla es un claro ejemplo de esto. Él viaja ocho meses al año y, la mayor parte del tiempo, lo hace con su familia: en ocasiones solo con su esposa y en otros momentos incluye a los hijos.
“Es importante que tu familia, de alguna manera, te acompañe en el viaje. No solo en ir de un lugar a otro, sino en el viaje de la decisión de dedicar tu vida a hacer algo por eso que sentís que tenés que hacer. Es muy importante tener una familia que entienda eso”, afirmó el dos veces ganador del premio Óscar a mejor banda sonora.
Por eso, no es de extrañar que en las giras de Bajofondo, en los festivales de cine o en las escapaditas a la playa (como la que se dieron en el 2008 a Tamarindo), la familia Santaolalla tenga un lugar reservado.
Los músicos saben bien cómo aprovechar su tiempo y, mientras están de gira y concentran su energía para desbordar energía en el escenario, también encuentran tiempo para trabajar en su nuevo disco.
En sus agendas de trabajo, el álbum tiene que estar listo para el público en el 2012, aunque el mes exacto aún no lo saben. De esta grabación llevan ya 14 temas muy adelantados, aunque no todos quedarán en el material final.
Se diferenciará de otros trabajos en que tendrán menos invitados y darán más espacio a la experimentación. Eso se reflejará en canciones con más participación vocal de los integrantes. Desde ya, se atreven a decir que será algo novedoso y distinto.
Además de trabajar en la música de un juego de video y concluir la música para proyectos audiovisuales, tiene el deseo de probar campos que podrían considerarse ajenos a él hasta ahora, como la actuación, la dirección, escribir, pintar.
Para él, los premios, como el Óscar o el Grammy, no son una meta en sí, pero los agradece y celebra.
“No me considero un experto en nada, pero sí me gusta jugar un poco con todo: con lo visual, la palabra, los sonidos. siento que hay un nivel de irreverencia que me permite tratar de abordar distintas cosas”, finalizó.