Si bien desconocer a Dalí es difícil, dada su aparición constante en televisión, cine, gráfica y libros de arte, tal parece que sus obras poco marcaron el arte costarricense.
“No parece haber influencia del surrealismo de Dalí en la historia del arte de Costa Rica”, considera la historiadora de arte María Alejandra Triana. Para Triana, algunas obras de Luisa González y de Rafael Fernández tocan lo onírico, pero con distancia de Dalí. “Se dio preferencia a otras vertientes artísticas”, dice.
“No hay una influencia identificable a nivel de iconografía, con la excepción de algunos pintores que en la fase temprano de su trabajo tenía una relación con Dalí”, considera el historiador de arte Efraím Hernández.
“Aquí hay artistas que tienen un mundo mágico y onírico, y voluntariamente eludo la palabra surrealista”, explica Hernández. Entre ellos menciona a Fernández y las etapas iniciales de Isifredo Garita y de Mariano Prado.
Escaso. Prado confirma este influjo temprano en sus cuadros. “Siempre he pensado que el arte debe tener un alto grado de creatividad y de originalidad”, cuenta. “Para mi forma de ver, Dalí y Picasso son los genios del siglo XX. Son las dos personas que revolucionaron el arte”, describe.
En cuanto al surrealismo, quizá haya sido su vertiente mexicana (Leonora Carrington y Remedios Varo, entre otros) la que más ha capturado la atención de costarricenses. En años recientes, ambas recibieron sendos homenajes en la Galería Nacional con trabajos de creadores nacionales.
Actualmente, el pintor Juan Kelly exhibe una selección de su obra en el Museo de Arte Costarricense, que le debe mucho a Dalí.